Inmigrantes, ¿una carga o un aporte?

Nuestro país durante los últimos 25 años ha crecido de manera constante, sostenida y aplicando políticas públicas a partir de lo que organismos internacionales recomiendan. Hemos tenido controladas las principales variables macroeconómicas, PIB, desempleo e inflación, conllevando además una marcada responsabilidad fiscal.

Esto ha generado que ciudadanos de los países vecinos vean en Chile una posibilidad concreta de crecimiento y oportunidades. Ha llevado a que en los últimos años, miles de personas migren y lleguen a nuestro país, lo que ha traído consigo una serie de cambios y aprensiones por parte de algunos. Estos recelos han acarreado adaptaciones a las nuevas culturas, productos y servicios, pero también algo que es indudable, el racismo.  

Miles de chilenos, en su mayoría a la fuerza, en el periodo de la dictadura debieron abandonar nuestro país y buscar oportunidades en lugares que no estaban habituados a nuestra cultura.

Son ahora otros los países que se están viendo afectados por problemas económicos y/o políticos que repercuten directamente en sus ciudadanos, como es el caso de Venezuela y Haití. Cabe señalar que Chile ya ha tenido movimientos migratorios de esta magnitud, destacando a los peruanos pos-Fujimori, quienes entre otras cosas, ayudaron a dinamizar el mercado de servicios durante una década.

A partir de esto, es fundamental tener políticas migratorias claras y que entreguen oportunidades al que llega y respeten a los que están. Las  restricciones de ingreso no deben hacerse con nombre de ningún país en particular, eso es discriminación, sin eufemismos. Debe haber reglas claras e iguales para todos.

La migración, a mi juicio, tiene dos grandes beneficios: económicos y sociales.

¿Los migrantes aumentan el gasto público? Sí.  El año 2017, USD 207 millones según DIPRES fueron destinados para temas relacionado con ellos, pero como contraste aportaron USD 490 millones en impuestos a la renta, esto sin considerar el IVA de cada una de sus compras.

Cabe señalar que el IVA es la manera en la que los chilenos más pobres contribuyen tributariamente al país, al igual que los inmigrantes en aquella condición, por lo tanto, ¿por qué deberían tener menos derechos si contribuyen como todos? Además, el 58% de las visas otorgadas a extranjeros son por motivo de empleo, lo que implica que nuestra fuerza laboral aumenta.

Según el Observatorio Iberoamericano sobre Movilidad Humana en su informe de 2016 y en base a la encuesta CASEN, el 90,1%  de los inmigrantes que están en la RM firmó contrato de trabajo (82% de los haitianos). Un 2,4% es patrón o empleador, (chilenos 2%) y un 63,1%, son empleados u obreros del sector privado (chilenos 66,9%).

Sumado a lo anterior, señala el estudio que el 19,9% cuenta con título universitario, lo que nos muestra que existe claramente un desaprovechamiento del capital humano, ya que entre otros conceptos, se les ve como una amenaza, y aquellos que han sido más discriminados, los haitianos, se encuentran en la media o en algunos casos sobre los parámetros.

Dato no menor, es que los inmigrantes más pobres en su gran mayoría ocupan puestos de trabajo que chilenos no estaban dispuestos a realizar con las remuneraciones ofrecidas por los empleadores. Particularmente en los sectores agrícolas, construcción y servicios. Esto permite generar un mercado de movilidad de factores de producción, lo que es una oportunidad para las empresas.

Por otro lado, y desde el aspecto social, Chile por razones humanitarias debe entregar oportunidades de desarrollo a ciudadanos de países que sufren por corrupción y abandono de sus autoridades, siendo un país abierto y acogedor.

La ONU indica que se debe garantizar una migración segura, ordenada, regulada, e informada para todos aquellos que actualmente están en el país. Las mafias de tráfico se crean cuando hay trabas excesivas en las leyes. Con medidas particulares, terminan siendo éstas las  se benefician, es por eso que debe haber una política integral no discriminatoria que contemple colaboración con los países de origen y tránsito, gestione flujos y ponga freno a la actividad de las mafias.

Existe una clara exclusión a los inmigrantes, siendo útiles para el modelo económico, pero no permitiendo cohesión social. Esto puede generar impactos en el bienestar de la sociedad en su conjunto, ya que la inmigración llegó, literalmente, para quedarse y representa una gran oportunidad de desarrollo cultural y económico.

Ahora bien, ¿por qué no pensar en un acuerdo regional para el tratamiento del migrante, tal como lo hizo la UE? Para esto debe haber voluntad política y empresarial. Una vez más, la alianza pública-privada será clave para el desarrollo del país.

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