Paro de los camioneros

Sergio Velasco
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La V región se vió afectada por un sorpresivo paro de choferes de camiones,  perturbando las rutas 68 y 78,  las dos comunican con los principales puertos del país, siendo el litoral central la capital del turismo estival, la más aquejada.

Los daños económicos son cuantiosos, toda vez que estamos en la temporada alta de la fruta de exportación y de importación de un sin número de mercaderías varias, indispensables para el funcionamiento de las industrias y empresas productivas del país.

Este paro se realizó al inicio del evento más importante de Viña del Mar. El festival Internacional de la Canción. Miles de turistas, no podían avanzar hacia  su destino porque los camioneros obstruían el tránsito. La detención concertada  en las plazas de peajes causó un atochamiento gigantesco,  el propósito fue volver a tomarse las carreteras, sin medir las consecuencias.

Los automovilistas simplemente optaron por caminos de tierra alternativos, para llegar a sus destinos, originando una generalizada rabia e indignación. Si se pretendía con esta acción de fuerza conseguir adhesión popular, el tiro les salió por la culata.

El pasado los  condena. El  fantasma de Mario Montucci, estuvo rondando por la ruta 78,el 5 de septiembre de 1973 a escaso 6 días del Golpe Militar, una tropa de carabineros dispara en contra de una barricada, organizada por los camioneros en paro frente al fundo la Marquesa, en San Antonio, dejando un muerto y tres heridos.

La irracionalidad no daba espacio a la cordura, nadie escuchaba nada. El alma de Chile, fue sumida en una profunda crisis sin retorno. Los chilenos y chilenas pagamos caro, durante diecisiete años  el no saber entendernos como hermanos civilizados.

Estos tristes y dolorosos acontecimientos no deben, ni pueden repetirse por ningún motivo. Aun permanecen en la retina la imagen de los camiones venidos en caravana del Sur que bloqueó la Alameda, frente a la Moneda. Fue una forma  de mostrar  poder, ante la autoridad constituida, acumulando  muy malos antecedentes, por su pésimo proceder.

Con la razón o la fuerza, piensan algunos exaltados, así no  se llega  a ninguna parte, necesitamos la fuerza de la razón, que prevalezca y domine entre las partes. No estamos para aventuras de inescrutables propósitos.

El ministro del Interior ha señalado reiteradamente, su voluntad de diálogo. Sin la pistola al pecho ni  la presión ilegal de los camiones en las carreteras, su voluntad y proceder está a toda prueba, acercando las posiciones, para encontrar la luz al final del túnel.

Nadie en el gobierno quiere enfrentamientos, menos hechos de sangre, que empañen una buena negociación por ambas partes. Los gritos destemplados y las veladas amenazas a nada constructivo conducen. Existen claros ejemplos históricos sobre estos desencuentros.

Jorge Burgos ha demostrado su máximo interés por buscar caminos  de concordia.Reiterados viajes a la zona más conflictiva la Araucanía así lo avalan, por consecuencia el deponer el paro fue una buena señal, que abrirá nuevas puertas.

El Estado de derecho, al cual todos debemos someternos, por muy poderosos que sean como gremio del rodado, tiene que ser respetado y acatado, de lo contrario sería la ley de la selva.

Los dirigentes de la Confederación Nacional  de Transporte de Carga (CNTC) encabezado por Sergio Pérez, primero asumen una alta responsabilidad con Chile, en este conflicto. También con sus representados. En esta ecuación deben moverse. El resto son bravuconadas estériles para darse gustitos personales. Hay que ser serio. Buscar soluciones es el camino correcto, al más breve plazo, dilatar el problema es simplemente hacerse el harakiri.

León Vilarín, recordemos al ex presidente de los camioneros  fue en su tiempo, con sus reiterados paros, quien ayudó a pavimentar el golpe militar, financiado por la CIA, según el informe  de la Comisión del Senado Norteamericano. Un negro pasado difícil de olvidar.

Prefiero creer que el verdadero motivo del paro es el abusivo cobro del alza de los peajes en horas punta, donde las concesionarias hacen y deshacen a su real antojo, en el tarifado.  No me parece que el fin último sea aprovecharse de las circunstancias, sería una doble actitud  siniestra que tarde o tempranos se descubrirá, dejando en evidencia el verdadero móvil.

Esto de ser “Matón de Barrio”ya no calza en estos tiempos donde la democracia con todas sus imperfecciones se consolida cada vez más, los camioneros son una parte importante, son una fuente de trabajo, respetable, son el eje principal de una economía y desarrollo nacional, por lo tanto merecen ser escuchados.

La Presidenta, Bachelet, tiene un rol preponderante que jugar  en esta materia, solución  tienen que haber, confío en que el equipo político de la “casa donde tanto se sufre”  encontrará la salida a este desencuentro, de mala leche, que solo desprestigia a la Nación.

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