¿Presidencialitis o escapismo?

Mariano Ruiz-Esquide
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Una de las cosas más atrayentes de la política es todo lo relacionado con las elecciones, especialmente las presidenciales. Su parafernalia previa con encuestas, reuniones, fórmulas de elegir candidatos, pactos y vaticinios son la alegría de la política. Cuando ellas ocurren poco después de una elección municipal, son estas las que pasan así a adquirir las características de premonitoras.

Hoy, igual que otros años, ya se vive ese clima a 18 meses de la vuelta máxima. Para justificar tan pronta distensión se dice que los candidatos a alcaldes y concejales requieren puntos de referencia de personeros importantes de sus respectivos partidos. Se señala también que el apoyo a los alcaldes se retroalimentan con los presidenciables en un círculo virtuoso donde todos ganan.

Sin embargo hay otros que piensan que es un error basado en argumentos de peso y se asumen tres razones. La primera es que es un escapismo que desvía la preocupación por los temas de la contingencia diaria que es de la esencia de las candidaturas municipales.

La segunda razón, derivada de la anterior es que la presencia de personeros nacionales quita el interés de los candidatos auténticamente locales y con contenido local que quedan ajenos a la voluntad comunal por el diferente peso de ambos grupos.

Finalmente una última razón es que la encuesta entre vecinos cercanos pasa a segunda o tercera importancia postergando a los aspiradores  locales y limitando renovación de la política. Por último, se posterga la socialización de los problemas cercanos de la gente que no ve su solución en los problemas nacionales.

Como todos los argumentos en pro y contra de cada posición son correctos y atinentes, me quedo con la experiencia de las ultimas 12 elecciones presidenciales desde 1952 hasta la fecha y las correspondientes elecciones municipales.

Creo sinceramente que mientras más tardíamente se convoquen las elecciones presidenciales de cara a las municipales, mas racional es el proceso electoral, más pertinente serán los resultados y más fiel será, y el viejo refrán de Radomiro que “las presidenciales prematuras son un escapismo“.

Tengo la convicción que el orden jurídico -electoral hace bien al país. Por ello, con extremada modestia,  pido que se considere esta tregua de unos 6 meses para lanzar las candidaturas presidenciales.

Lo creo por la razón, la seriedad y la paz que el calendario nacional expresará mejor el real resultado de ambos procesos.

Finalmente un argumento indesmentible, nos da tiempo para el orden natural de la política.

Primero el programa, después la combinación del gobierno. Al final los nombres.

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