¿Y si nos ahorramos el extintor?
Así tal cual, ¿y si nos ahorramos el extintor del auto? De partida es algo que prácticamente nunca se utiliza, son bastante molestos por cuanto hay que cambiarlos cada cierto tiempo, y siempre andan dando bote dentro del auto. Claro, está el problema de que es obligación llevar un extintor en el auto, pero en la práctica ¿cuándo fue la última vez que lo controlaron? Cambiando el auto antes de perder la homologación, probablemente nunca, nos ahorramos unas preciadas chauchas y las molestias de andar con el tarro dentro del auto.
Probablemente a la mayoría de la gente, le parece no solo ridículo el párrafo anterior, además de una irresponsabilidad tremenda, de alguien insensato que está poniendo en juego la vida propia y de los pasajeros. Claro, seguramente quien siga esa idea, irá a comprar un extintor cuando se le esté incendiando el auto.
Es curioso que esto lo que se ve de lo más razonable y obvio, es totalmente ajeno a la lógica empresarial, y para ser bastante específico en este caso me refiero a las empresas de servicios básicos.
Todos reclamamos cuando nos cortan la luz o el agua, y si es en sectores altos de la capital, esto es totalmente un ultraje y un escándalo, pero a nadie le parece como falta de inteligencia que las empresas hayan despedido a buena parte de su personal de mantenimiento de planta y no tengan contingente para responder a las emergencias, mucho menos hablar de efectuar obras para mantener sus operaciones, es decir nadie cree que es tonto que las empresas se ahorren el extintor, esperando jamás usarlo, o peor aún, que el daño sea más barato que haberlo comprado.
Me cuesta pensar algún punto de vista (aparte del económico corto-placista) en el que esto no esté mal. Transformar el personal calificado en temporeros, subcontratados con un estándar menor trae todo tipo de problemas sociales. Básicamente, alguien que estudió un oficio, trabajó, se capacitó, y que en la práctica tenía la dignidad de poder llevar honradamente el sustento a su casa, dar educación a sus hijos, elevar el nivel socio cultural de Chile, se transformó en una persona cuyo empleo vale 1/3 de lo que valía y pasa a ser un desempleado estacional. El impacto social del desempleado, endeudamiento, o simplemente degradación del tejido social, nos lo 'comemos' todos.
En el aspecto legal, la legislación está hecha a la medida del grande,¿cómo? Simple, basta escuchar a los abogados de "clínicas" y asesores de consumidores, acerca de lo difícil y complejo que son estos juicios. Si a esto le agregamos la ‘libertad' que gozamos en Chile, donde la Empresa es 'libre' de generar daño, y uno es 'libre' de demandarlo, sin que el Estado lo pueda auxiliar o defender, (Sernac hace ruido, pero carece de atribuciones).
En otras palabras, usted tendría que contratar abogado, faltar al trabajo, dedicar tiempo y neuronas, para recuperar los 2.000 pesos de compensación. Desde el punto de vista económico, estas empresas de servicios simplemente están mejorando números trimestrales, sacrificando la continuidad operacional de largo plazo, es decir el efecto del concesionario de casino que lo usó hasta que reventó y abandonó. ¿Buen negocio? Quizás. Quizás no les importa (al accionista), o simplemente no lo entiende (la gerencia).
Si me preguntan, lo que realmente me sorprende de todo esto, es que de todos las informaciones que he escuchado, comentarios de "opinófilos" y análisis legales posibles, pareciera ser normal (para todos) que una empresa despida a la mayoría de su personal de planta, no invierta en mantención y adaptación, y más aún parece normal y bueno, porque todo esto genera mayor crecimiento económico lo que es uno de nuestros grandes dogmas. Ahí sale la típica frase 'las empresas están para ganar dinero', y en ninguna parte dice que éstas deben hacer su trabajo para ganarlo,como todos nosotros.
Bueno... para resumir, creo que nuestro primer paso para cambiar esto es reaccionar. Ya estamos acostumbrarnos a andar sin extintor en el auto y eso debe terminar. Hablamos de delincuencia, hablamos de algún tema valórico de moda en el momento, y hablamos de la pérdida de confianza en la política.
Mientras pasa y pasa el tiempo y nos entumecimos acostumbrados a ver la sinrazón como parte de la norma y no como la excepción.
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