Cristián Precht ¿Ángel o demonio?

Esta es una de las conversaciones más interesantes que he tenido con mi abuela en los últimos años, según mi particular punto de vista.

A propósito del fin de semana largo y de la fantástica costumbre de no abandonar la ciudad y poder gozar de las calles vacías del Santiago  tranquilo y de un clima razonable, tuvimos posibilidad de entablar esta conversación.

Como datos a considerar, mi abuela es agnóstica y uno de los escasos méritos que reconoce a la Iglesia chilena fue el rol que le cupo durante la dictadura del general Pinochet.

Su “héroe” católico es el cardenal Silva Henríquez, de quien dice “no se fabricaron copias”.

En este contexto, Cristián Precht, junto con Monseñor Sergio Valech son sus favoritos.

Abuela ¿qué te parece la acusación que involucra al sacerdote Precht?

Dudó unos segundos, luego respiró profundo y lentamente empezó su respuesta (tengo la sensación que hubiese preferido no tener nunca que enfrentar esta pregunta).

Tú sabes que Precht fue muy importante en la Vicaría de la Solidaridad, que el año pasado recibió la condecoración “héroes de la paz”.  Que su labor ha sido muy importante para la Iglesia de los últimos años, que es un ícono en la familia católica. Que muchos chilenos y chilenas, sin exagerar, le deben la vida.

Abuela. Todo eso me lo has dicho muchas veces. Pero también te he escuchado reclamar sobre la posición de la jerarquía eclesiástica en el caso Karadima y en lo ocurrido con el obispo Cox, que terminó viviendo en un cómodo monasterio evadiendo cualquier responsabilidad. ¿Tú opinas lo mismo de Precht?

Querido nieto.  Sólo quería dejar en claro lo que son hechos irrefutables y públicos respecto a la persona de la cual me preguntas. Ahora déjame seguir respondiéndote.

Tomó un sorbo de té y continuó.

¡Imagino que esta acusación no fue sorpresa para ti! El tema circulaba hacía tiempo y no hace mucho -cuando el sacerdote Luis Eugenio Silva, el que reprobó a mi bisnieta en el ramo de ética en la Universidad Católica de Chile intentó suicidarse- un periodista le preguntó a Precht sobre el tema.

No esperó respuesta de mi parte, había empezado a contestar y en estas circunstancias es mejor no interrumpirla.

Entonces, podemos decir hasta ahora que Precht, por sus actos públicos conocidos, es un “gran hombre” y un gran cura. Y aparece una acusación de la cual no tenemos demasiada información.

Ella, por supuesto, había llamado a todos sus contactos periodísticos y sabía mucho más que yo, es decir, mucho más que un ciudadano común. La escuché con atención.

Quienes lo denuncian a la Iglesia son el padre de la supuesta víctima y su ex esposa. Los hechos se remontarían a la década del 80. La víctima, un psicólogo llamado Patricio Vela Montero, se suicidó el año 1991. Precht fue, según los antecedentes que se conocen, su “director espiritual” y quien celebró su matrimonio.

La víctima se quito la vida luego de una profunda depresión y de haberse separado de su esposa.

Abuela, ¿tú crees que esta es una conspiración contra los sectores más progresistas de la Iglesia?

¡Pero qué barbaridad!  De dónde se te pueden ocurrir esas cosas. Veo que tu paranoia no está del todo curada.

Mira, me dijo, el padre de la supuesta víctima es un hombre que -de seguro- no se prestaría para estas maniobras.  Además, hoy está pasando por una tremenda pena: ha perdido una hija en el accidente de Juan Fernández.

Entonces, ¿tú crees que Precht es culpable?

Querido nieto: nadie es culpable mientras no se pruebe su culpa. Ahora bien, si me preguntas si creo que Precht puede ser culpable de abuso sexual de menores, mi respuesta es que me costaría mucho pensar que así sea.

¿En qué basas tu respuesta?

Los abusadores tienen largos historiales de abuso. ¿Viste lo de Karadima o lo de Maciel?

Las victimas son muchas.

Entonces ¿los que acusan a Precht son perversos, sólo quieren dañarlo? Abuela, ¿es que la Iglesia está llena de abusadores?

Mira me dijo, no creo que la Iglesia esté llena de abusadores de menores; creo que existen, tal como se ha podido comprobar en los últimos años. Tampoco creo que esté exenta de sacerdotes que no respetan el celibato y, en consecuencia, mantengan relaciones sentimentales y -por extensión- sexuales con sus amores y parejas. El celibato no es una “condición natural” de los seres humanos.

Como declaró el padre Berríos hace un tiempo, y más recientemente las victimas de Karadima en una entrevista periodística, en la Iglesia católica hay curas heterosexuales y curas homosexuales. Ellos tratan de cumplir con sus votos de castidad. Pero claro, algunos no lo logran.

Eso sí, querido nieto, es importante diferenciar el abuso sexual que afecta a menores y las relaciones heterosexuales u homosexuales que corren por un carril diferente.

Espero que la investigación eclesiástica determine que Cristián Precht es inocente de “abuso sexual”. Espero que la familia Vela tenga consuelo frente a tanta tragedia y espero que la Iglesia logre una salida a su problema del celibato que, por cierto, no es el culpable de los abusos a menores pero sí de los “pecados” que algunos miembros del clero están cometiendo con relativa frecuencia.

Aquí, debo confesar, mis preguntas responden a la definición de “salirse de madre”.

Abuela, ¿tú cuando joven pensabas lo mismo que ahora? ¿Aceptabas la homosexualidad?, ¿el que las parejas tengan sexo sólo por placer?

No me contestó. Se levantó y se retiró a su habitación.

Al salir dijo en voz baja: “espero que Cristián Precht sea inocente del cargo de “abuso de menores”.

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