China Hoy: Nuevos horizontes en Hangzhou
El artículo repasa el pasado y presente del exdiplomático chileno Claudio Rojas.

El artículo repasa el pasado y presente del exdiplomático chileno Claudio Rojas.
Ante la mirada atenta de un centenar de alumnos, Claudio Rojas se mueve con soltura de un lado a otro del escenario mientras imparte un curso especial sobre los lineamientos básicos y algunos de los principios rectores detrás de la ONU, en una sala de clases de la Universidad de Estudios Internacionales de Zhejiang (ZISU, por sus siglas en inglés), en la ciudad china de Hangzhou. Para el exdiplomático y funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, esta es sin duda una nueva faceta en su vida laboral, la cual ha recibido con entusiasmo, con la esperanza de poder contribuir -desde su propia experiencia personal y profesional- a la formación de los alumnos.
Pero esta no es la primera vez que Claudio Rojas se encuentra viviendo en China, puesto que ya lo había hecho en dos etapas anteriores, cuando le tocó servir como tercer secretario en la Embajada de Chile en Beijing entre 1983 a 1985, y luego como cónsul de Chile en Shanghai desde 2011 a 2014. Con más de 40 años de trayectoria a su haber, el actual docente posee vastos conocimientos en política internacional, sobre todo en lo que concierne a la región de Asia-Pacífico y China.
Desde la escuela secundaria, Claudio Rojas ya sentía un fuerte interés por estos temas, en los cuales se fue interiorizando cada vez más a lo largo de su carrera diplomática, que además lo llevó a países como Estados Unidos, España, Filipinas, Singapur, entre otros. En 1978, al momento de iniciar sus estudios en la Academia Diplomática, el Gobierno chileno inició un proceso que buscaba ampliar su presencia en la cuenca del Pacífico, lo que dio lugar a la apertura de nuevas embajadas en Asia, además de las que ya existían en Japón, Filipinas, China y Corea del Sur. Más tarde, en 1984, cursó un Diplomado en Asuntos Chinos ofrecido por la Universidad Estatal de Nueva York, con lo que pudo consolidar sus conocimientos durante su primera estancia en China.
"Tengo una vivencia muy clara del día en que llegué a China por primera vez, el 21 de diciembre de 1983", rememora el exembajador. "Hacía un frío intenso y llegamos a un barrio de edificios para diplomáticos extranjeros, cerca del Club Internacional y de la Tienda de la Amistad", agrega. En esta primera etapa, Claudio Rojas tenía como misión darle seguimiento a la política exterior de China, así como encargarse de la agenda de asuntos culturales y de cooperación entre Chile y China. Según cuenta, fue una época fascinante al haber tenido la oportunidad de observar el proceso de transformaciones de China, y de haber desplegado iniciativas que permitieron profundizar el nivel de entendimiento y cooperación entre ambos países.
Uno de los momentos más destacados se dio en abril de 1986, cuando trabajó en la planificación y ejecución de la Misión de Buena Voluntad de Chile, que consistió en un vuelo especial de la Fuerza Aérea de Chile, compuesto por una delegación multisectorial integrada por el viceministro de Relaciones Exteriores, el alcalde de Santiago, los oficiales superiores de la Academia Aérea de Chile, empresarios, el Ballet Folclórico Nacional de Chile, la selección de fútbol juvenil de Chile y periodistas. "Esta acción de la política exterior de Chile tenía el propósito de destacar la relación con China, con el fin de ampliar los diferentes ámbitos de la relación bilateral, por lo que cada delegación cumplió una serie de programas y actividades específicas con su respectiva contraparte china", destaca.
Para Claudio Rojas, la relación de confianza, cooperación y respeto que mantienen China y Chile se funda sobre la base de cinco ejes clave, asociada a "los cinco primeros": 1) Chile fue el primer país sudamericano en establecer relaciones diplomáticas con China, en 1970; 2) el firme apoyo de Chile en el 26.o periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas "a la restitución de los legítimos derechos de la República Popular China", y su adhesión a la ONU en la Resolución 2758 del 25 de octubre de 1971 y al principio de una sola China; 3) Chile fue el primer país latinoamericano en apoyar la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio, en 1999; 4) Chile fue el primer país latinoamericano en reconocer a China como economía de mercado, en 2004; y 5) Chile fue el primer país de la región en firmar un tratado de libre comercio con China, en 2005.
Gracias a todo ello, y a una relación que se ha ido afianzando con el tiempo, China es hoy por hoy el primer socio comercial de Chile, mientras que el país sudamericano también se ha convertido en un aliado estratégico al haber sido uno de los primeros en sumarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, puesta en marcha por el presidente chino, Xi Jinping. Así y todo, el actual docente chileno cree que todavía existen espacios para una mayor cooperación entre ambos Estados. "Soy de la opinión de que es necesario, tanto en China como en Chile, preparar los recursos humanos que comprendan las sensibilidades y diferencias propias de cada cultura, para que se estructuren mecanismos y métodos de trabajo común que eviten las tensiones y reduzcan las posibilidades de actuales conflictos", afirma. En razón de ello, Claudio Rojas siente que mantener espacios de diálogo y discusión política sustantiva es una tarea que se debe asumir de forma aún más decidida.
A lo largo de las distintas etapas en China, desde 1983 hasta la actualidad, el chileno ha sido testigo presencial de las transformaciones que ha vivido China, por lo que el hecho de buscar entender y aprender de este proceso ha sido fascinante. Sin embargo, en el ámbito personal, una de las experiencias más memorables y de mayor trascendencia para el exdiplomático tiene que ver con la construcción de su propia familia, al haber concebido en China a su primera hija.
Todas las ciudades donde ha residido –Beijing, Shanghai, y ahora Hangzhou– poseen un encanto único para él, en parte asociado a sus propias vivencias. "Beijing es para mí única por lo que representa en la cultura e historia de China, al ser una ciudad clásica por excelencia; Shanghai es una ciudad cosmopolita y fascinante en su diversidad y modernismo, que es un ícono en Asia como una gran metrópolis sofisticada y posmoderna; y Hangzhou es una ciudad maravillosa en función de su Gran Canal, la belleza exorbitante del Lago del Oeste y sus colinas, y la belleza natural que han inspirado y han sido centrales en la creación artística, poética y literaria de China", manifiesta.
A su entender, gran parte de los avances registrados en el país de más de 1.400 millones de habitantes se sustentan en tres corrientes o pensamientos que forman parte de un proceso dialéctico, impulsado primero por el confucianismo, luego por el taoísmo y actualmente por el Partido Comunista de China, donde destacan la armonía y la estabilidad social, la responsabilidad en la administración y gestión del Estado, y el compromiso en el ejercicio de las labores del servicio público, respectivamente. A todo ello, también se suma "el diseño de un plan estratégico a partir del pensamiento científico, que ha permitido una transformación de una sociedad eminentemente rural a una urbana, y que ha facilitado la dispersión de los centros de producción industrial y la transformación tecnológica".
Parte de este arsenal de conocimientos, acumulados tras años de experiencias y trabajo in situ, es lo que Claudio Rojas ahora espera transmitir a sus alumnos chinos. "Busco que los estudiantes entiendan conceptos para mejorar la gobernanza mundial, abordar los cambios en el mundo y afrontar los retos de la humanidad, en pos de la cooperación por encima de la confrontación de bloques y el pensamiento de suma cero", señala.
En esa misma línea, el chileno busca contribuir a ampliar las relaciones y vínculos culturales, además del intercambio estudiantil, entre ZISU y otras universidades en diferentes países de América Latina. "Este trabajo tiene una correlación directa con el trabajo definido en el plan maestro para el establecimiento de una Escuela de Estudios Avanzados para las Relaciones Internacionales en ZISU en el año 2027", detalla. Para ello, ya se está trabajando a partir de otras instancias que tienen el interés compartido de fomentar y profundizar los vínculos de China con América Latina por sobre los ámbitos tradicionales asociados a asuntos económicos, de comercio o inversiones, lo cual le va a otorgar densidad y sustentabilidad a la relación durante las próximas décadas.