La historia es como un espejo

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China está celebrando una serie de actividades conmemorativas con motivo del 80° aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa.

La historia es como un espejo
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Por: Li Jingjing, CGTN En Español

China está celebrando una serie de actividades conmemorativas con motivo del 80° aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y de la Guerra Mundial Antifascista. Entre ellas, una exposición con el tema "Por la liberación nacional y la paz mundial", inaugurada el 7 de julio en Beijing en el Museo de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa.

La muestra reúne 1.525 fotografías y 3.237 artefactos, casi un tercio de los cuales se exhiben al público por primera vez. Algunos de sus visitantes provienen de otros países, ya sean turistas, estudiantes, periodistas, diplomáticos o representantes de organizaciones internacionales acreditadas en China. Muchos de ellos quedan impresionados y sorprendidos por la crueldad de los hechos históricos y las sangrientas escenas, raramente mencionadas por políticos, académicos, y medios de comunicación occidentales.

China tiene motivos de sobra para celebrar con toda solemnidad este aniversario, por haber sido el principal campo de batalla oriental de la Segunda Guerra Mundial, desempeñando un papel fundamental para derrotar al fascismo japonés y apoyar otros frentes en Europa y Asia, contribuyendo decisivamente a la victoria final y la paz mundial.

La Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa fue la primera en desatarse y la que más se prolongó en el marco de la Guerra Antifascista Mundial. Resultó en más de 35 millones de fallecidos, entre militares y civiles, y unas pérdidas económicas directas de 100.000 millones de dólares e indirectas de 500.000 millones de dólares, estimadas según precios de 1937.

Sin embargo, por razones ideológicas y geopolíticas, el discurso dominante occidental ha mantenido un silencio intencionado sobre los enormes sacrificios y contribuciones de los chinos en la Guerra Mundial Antifascista, al situar deliberadamente el frente asiático de la Segunda Guerra Mundial en un lugar secundario.

Las fotos muertas sí pueden hablar en voz alta. En los últimos años, el Gobierno, instituciones académicas e investigadores chinos han dedicado enormes esfuerzos a la recopilación de materiales y la construcción de bases de datos sobre la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa.

En este aspecto, también cuentan con apoyo fuera de China. La Gala de la Fiesta de la Primavera, transmitida cada año en la víspera del Año Nuevo chino, es considerada como el espectáculo audiovisual más visto en todo el mundo. El pasado 28 de enero, en la gala del Año de la Serpiente, más de mil millones de espectadores chinos conocieron a Evan Kail, un joven estadounidense que descubrió un álbum fotográfico de valor histórico invaluable, y lo donó gratuitamente a China. Las instantáneas, nunca publicadas anteriormente, presentan escenas de China durante la Segunda Guerra Mundial, incluidas las que documentan las atrocidades cometidas por los invasores japoneses.

Meses después, al cumplirse el 15 de agosto el 80 aniversario de la rendición incondicional de Japón, la película "Dead to Rights" lideraba las listas de la taquilla cinematográfica estival en China al recaudar 2.445 millones de yuanes (unos 340 millones de dólares).

Esta obra, el tercer largometraje de su joven director y carente de un elenco de superestrellas, ha recibido una excelente acogida. Se trata de una historia adaptada que narra las brutalidades reales cometidas por los invasores japoneses durante la Masacre de Nanjing, el trágico episodio de 1937 en el cual perdieron la vida más de 300.000 civiles chinos y soldados desarmados, y 20.000 mujeres fueron violadas.

Los protagonistas de esta película son unos residentes comunes y corrientes de la ciudad de Nanjing, quienes, desafiando a los fusiles y bayonetas de los invasores, lograron guardar unas fotos como testigos de los crímenes japoneses.

No obstante, estos horribles crímenes, junto con los experimentos en seres humanos vivos por el infame Escuadrón 731, y las "mujeres confort", entre otros, siguen siendo poco reconocidos en Japón e incluso han sido negados por algunos conservadores japoneses. Las facciones de la derecha japonesa han tratado durante todo este tiempo de minimizar o incluso glorificar la historia de agresión de Japón, principalmente a través de libros de texto y medios de comunicación.

Últimamente, la Masacre de Nanjing ha vuelto a convertirse en el centro de discusiones en las redes sociales por el reconocimiento público de un exfutbolista japonés de una comprensión errónea de los hechos históricos.

El 8 de agosto, Keisuke Honda, exinternacional japonés, compartió un videoclip de una conferencia de prensa con el controvertido exgobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, expresando su acuerdo al afirmar: "Yo también lo creo". En el video, Ishihara todavía negaba la masacre de Nanjing.

Los comentarios de Honda provocaron la indignación de internautas de todo el mundo, quienes lo instaron a estudiar materiales históricos sobre esta tragedia. Un día después, Honda publicó una lista de referencias: diarios e informes de soldados japoneses, documentos militares internos del Instituto Nacional de Estudios de Defensa de Japón, así como registros y testimonios de extranjeros que estaban presentes en Nanjing en ese momento. Retuiteó su publicación anterior y afirmó que haberse equivocado. "¡Gracias por darme la oportunidad de estudiar de nuevo!", escribió.

A lo largo de su historia milenaria, China nunca ha sido una potencia movida por la agresión y el odio. El Imperio Tang, en su momento gran potencia mundial, recibía a visitantes, comerciantes, enviados y estudiantes de todo el mundo con brazos abiertos, compartiendo generosamente sus conocimientos, tecnologías y experiencias.

En la dinastía Ming, cuando la Flota del Tesoro dirigida por el almirante Zheng He recorrió medio mundo casi un siglo antes que los navegantes españoles y portugueses, llevando consigo té, seda, porcelana y algunas de las tecnologías más avanzadas de aquel entonces, sin haber puesto sus banderas en tierras de ninguna de sus más de 30 paradas tanto en Asia como en África. Hasta en tiempos contemporáneos, después de la rendición de las fuerzas armadas japonesas, muchas familias chinas adoptaron a huérfanos e hijos abandonados de los invasores para criarlos como sus propios descendientes.

Como indica el lema del desfile militar que se celebrará el 3 de septiembre en la plaza de Tiananmen como parte de las actividades conmemorativas: "Recordar la historia, honrar a los mártires, apreciar la paz y crear el futuro", la solemnidad con que China rinde homenaje a este aniversario no consiste en ostentar poderío militar o reavivar odio, sino demostrar la determinación para proteger la soberanía nacional y salvaguardar la paz y estabilidad regionales junto con los países vecinos, con quienes comparte vivas memorias de los dolores y sufrimientos por la invasión japonesa.

La OMS calcula que, a nivel mundial, la esperanza de vida al nacer no supera los 80 años. Cada día quedan menos supervivientes de aquella guerra. Durante estas ocho décadas, a pesar de lo que muchos predijeron sobre la llegada de una Tercera Guerra Mundial, de que una cortina de hierro había dividido a la comunidad global en dos bloques, y de que los conflictos bélicos regionales nunca han cesado de cobrar vidas de civiles en múltiples rincones del planeta, la paz y el desarrollo, como siempre ha insistido el Gobierno chino, han sido los temas principales de la corriente histórica.

Ahora, al celebrar el 80° aniversario la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y de la Guerra Mundial Antifascista, cabe destacar la necesidad de una mirada crítica a lo que los seres humanos experimentamos en aquellos años, en un mundo amenazado por el resurgimiento del hegemonismo, el unilateralismo, el proteccionismo, hasta el militarismo.

"Los pueblos que no conocen su historia, están condenados a repetirla". Esta frase, sobre cuyo origen existen varias versiones, pero que es ampliamente aceptada por todo el mundo, coincide con un dicho chino: "la historia es como un espejo".

En este espejo, podemos ver un camino correcto de la humanidad hacia el futuro: un nuevo orden mundial más justo, equitativo e inclusivo bajo el marco de las Naciones Unidas, establecida como uno de los frutos más glorioso de la victoria de la Guerra Mundial Antifascista; un mundo de globalización e integración, caracterizado por la cooperación, la interconectividad, la interdependencia y los beneficios mutuos; una comunidad internacional de futuro compartido, que es, no solamente el sueño de los chinos, sino también de todos los pueblos que han sufrido guerras, humillación y colonialismo.

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