Chile y China, 55 años de amistad: De la vanguardia política en la Guerra Fría a la alianza estratégica

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Autor: Cooperativa.cl

El académico Andrés Bórquez analizó los hitos de esta relación, desde el reconocimiento en 1970 hasta los desafíos compartidos en transición energética y cooperación actual.

Chile y China, 55 años de amistad: De la vanguardia política en la Guerra Fría a la alianza estratégica
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En el marco de la conmemoración de los 55 años de relaciones diplomáticas entre Chile y China, Efecto China inició un ciclo especial para analizar la historia y el futuro de este vínculo estratégico.

Para ello, conversamos con Andrés Bórquez, académico de la Universidad de Chile y coordinador del Magíster de Estudios Asiáticos, quien desglosó el complejo contexto en que se forjó esta alianza y las proyecciones que la marcan hoy.

Bórquez explicó que el establecimiento de relaciones formales el 15 de diciembre de 1970 fue un acto de gran valor político, ya que Chile se convirtió en el primer país de Sudamérica en reconocer al gobierno de la República Popular de China en un escenario global dominado por la Guerra Fría.

El académico explicó que "hay que considerar que la República Popular de China llega a finales de los años 40 a través de un proceso complejo de guerra civil, alcanza el poder y desde ahí va tratando en la medida de lo posible de ir sumando reconocimiento internacional, que al comienzo no era tan fácil".

"Estábamos en un contexto de Guerra Fría y se reconocía en esos momentos a lo que se conoce como la República de China, que era la fuerza de Chiang Kai-shek que se habían refugiado en la isla de Taiwán. Entonces, en esos primeros años, entre los 50 y los 70, China no tenía un reconocimiento internacional significativo. Entonces, eso hacía que tuviese más valor que países como Chile decidieran de manera muy vanguardista establecer relaciones formales", señaló Bórquez.

Además, destacó que previo a la formalización, ya existía un "encuentro cultural" a través de artistas e intelectuales que viajaban a conocer la experiencia de la revolución de Mao.

Pragmatismo y continuidad

Uno de los aspectos más notables de esta relación ha sido su estabilidad a pesar de los profundos cambios políticos en Chile. Bórquez explicó que, tras el golpe de Estado de 1973, tanto Chile como China, por encontrarse en situaciones de vulnerabilidad en el escenario internacional, optaron por un pragmatismo que permitió mantener los lazos.

"Chile, desde una perspectiva bien pragmática, decide mantener las relaciones con China, y China, digamos, en la misma línea, también decide lo mismo en función de sus situaciones vulnerables para evitar quedar aislados dentro del contexto internacional. Entonces, deciden mutuamente mantener las relaciones pese a este cambio de régimen. Y eso se mantiene de manera ininterrumpida hasta el día de hoy", explicó.

Esta continuidad sentó las bases para que, con el retorno a la democracia en Chile, la relación recibiera un "nuevo impulso", coincidiendo con la apertura económica de ambos países y consolidando un vínculo que hoy es fundamentalmente comercial.

El futuro de la alianza

Mirando hacia las próximas décadas, Andrés Bórquez proyecta que la relación entre Chile y China estará fuertemente marcada por un desafío común: la transición energética.

"Yo observo que Chile y China están asumiendo un desafío en común y yo creo que ambos casos van a ser muy relevantes de acá al 2050. Tanto Chile y China están apostando por la transición energética de manera bien consistente. Chile en estos momentos ya tiene un 30% de su matriz de generación de energía en base a energías renovables, pero si sumamos la hidroeléctrica, estamos prácticamente en el 70%. Y en el caso de China se está observando exactamente lo mismo. Y ahí yo creo que es interesante que esas experiencias se proyecten y que se abran espacios de cooperación en esa línea", vaticinó el experto.

En este sentido, Bórquez identificó a Chile como un actor clave por poseer los "minerales críticos" necesarios para esta transición, como el litio y el cobre, lo que representa una oportunidad para generar conocimiento y desarrollar la industria de manera sostenible.

"Si me tengo que imaginar la relación de acá al 2050, yo creo que va a estar muy conectado con eso, con que Chile va a tener ciudades más inteligentes, con buses eléctricos, con cargadores de energía en base al hidrógeno verde y con una matriz energética mucho más diversificada", concluyó.

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