[PERFIL] Jorge Sampaoli: El estratega que cambió la historia de La Roja en la Copa América 2015
El argentino fue el líder de la Generación Dorada que ganó la Copa América.
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El argentino fue el líder de la Generación Dorada que ganó la Copa América.
Hace exactamente una década, Chile rompió el maleficio. En una fría tarde del 4 julio de 2015 en el Estadio Nacional, La Roja levantó por primera vez en su historia el título de la Copa América, derrotando a la poderosa Argentina de Lionel Messi en una final dramática que se resolvió en penales. Al frente del equipo nacional estaba Jorge Sampaoli, un técnico trasandino de voz rasposa, mirada inquieta y una intensidad táctica que marcaría un antes y un después en el fútbol chileno.
Jorge Luis Sampaoli nació el 13 de marzo de 1960 en Casilda, una pequeña ciudad agrícola de la provincia de Santa Fe, Argentina, tuvo una breve carrera futbolística, que comenzó en las divisiones inferiores de Newell's Old Boys, en Rosario. Jugó en equipos menores y amateurs, pero una lesión de tibia y peroné terminaron con su carrera a los 19 años. Pero su vida siguió vinculada al deporte más popular del orbe.
Sus primeros pasos como entrenador fueron en clubes modestos del ascenso argentino, como Alumni de Casilda y Belgrano de Arequito. Pero fue en Perú donde comenzó a forjar una identidad. En equipos como Juan Aurich, Sport Boys y Sporting Cristal, su nombre empezó a sonar por su intensidad y por un estilo ofensivo innegociable, que muchas veces contrastaba con los recursos limitados que tenía a su disposición.
Después de varios años forjando experiencia en tierras peruanas, Sampaoli aterrizó en nuestro a finales de 2007 para tomar las riendas de O'Higgins de Rancagua. Su periplo comenzó con ilusión, terminando tercero en el Apertura 2008 y siendo eliminado en cuartos de final por Universidad de Chile.
Sin embargo, en los torneos siguientes no logró regularidad y terminó dejando el equipo en agosto de 2009, presionado por los malos resultados con el "Capo de Provincia".
En 2010 tomó las riendas de Emelec en Ecuador, en donde tuvo una campaña histórica y resultados que lo llevaron de vuelta a Chile, esta vez para tener la mejor etapa de su carrera.
El 15 de diciembre 2010 quedó marcado en la historia del fútbol chileno, porque Sampaoli regresó como técnico de Universidad de Chile, club donde hizo historia. Con un estilo vertiginoso, los azules fueron absolutos dominadores de la escena nacional, conquistando tres títulos consecutivos: Apertura 2011, Clausura 2011 y Apertura 2012.
Sin embargo, la consagración mayor fue a finales de 2011, cuando conquistó el primer título internacional en la historia de la U, la Copa Sudamericana, en un torneo brillante, donde eliminaron a grandes como Flamengo, Vasco da Gama, y una goleada final a Liga de Quito.
Sus logros lo llevaron a ser el segundo mejor técnico de América en 2011 (por detrás de Oscar Tabarez).
Sin embargo, en 2012, pese al título del Apertura, no pudo mantener el alto nivel de la U. Llegó a semifinales de la Copa Libertadores, a cuartos en la Copa Sudamericana, y perdió la Recopa ante Santos de Brasil.
Finalmente, dejó la U en diciembre, aunque si destino estaba definido: La selección chilena.
Desde su arribo a "Juan Pinto Durán", el "sabio de Casilda" dejó claro que no venía a improvisar. Con Marcelo Bielsa como inspiración, pero con un sello propio más vertical y arriesgado, Sampaoli consolidó una selección que jugaba con dientes apretados, alma encendida y un vértigo que sorprendió al continente.
Sampaoli recuperó el espíritu "bielsista" que se había perdido con el irregular paso que tuvo Claudio Borghi: Presión alta, posesión ofensiva, laterales que parecían extremos y defensas que cruzaban la mitad de cancha. Con él, Chile se transformó en un equipo protagonista, incluso ante potencias como España, Holanda, Brasil o Argentina. El Mundial de Brasil 2014 fue el laboratorio; la Copa América 2015, la consagración.
El torneo jugado en casa fue una prueba de fuego. Las expectativas eran máximas, la presión, insoportable. Pero Sampaoli no retrocedió. Chile fue fiel a su identidad: goleó a Bolivia, superó con polémica a Uruguay, sufrió ante Perú y finalmente venció a la Argentina de Lionel Messi, subcampeona del mundo, en los penales, tras una final sin goles pero llena de tensión en el Estadio Nacional.
El camino, sin embargo, no fue dulce. Uno de los momentos más delicados del proceso ocurrió en plena concentración, cuando Arturo Vidal protagonizó un accidente automovilístico tras conducir un Ferrari en estado de ebriedad. El impacto mediático fue devastador: el símbolo del equipo estaba en el ojo del huracán, con imágenes que sacudieron al país entero. Pese a las voces que pedían su salida, Sampaoli decidió respaldarlo. Lo defendió públicamente y lo mantuvo como titular, convencido de que su aporte en la cancha era irremplazable.
Ese episodio tensó aún más el ambiente, pero también consolidó la figura de Sampaoli como un conductor implacable, capaz de tomar decisiones polémicas si creía que beneficiaban al colectivo. La imagen de Claudio Bravo alzando la copa, con Sampaoli vitoreado por un país entero, está grabada en la memoria colectiva del hincha chileno. Fue más que un título: fue el cierre simbólico de una era dorada nacida bajo Bielsa, y perfeccionada bajo Sampaoli.
Luego de ganar la Copa América 2015, la relación entre Sampaoli y la ANFP comenzó a deteriorarse, especialmente tras la renuncia de Sergio Jadue (presidente de la ANFP y principal respaldo de Sampaoli), quien escapó del país y luego se supo que colaboró con el FBI en el marco del escándalo de corrupción de la FIFA.
Sampaoli, cuyo contrato incluía altos sueldos, cláusulas de salida onerosas y beneficios especiales, se encontró atrapado en un nuevo escenario dirigencial que no le era favorable. Cuando intentó negociar su salida a inicios de 2016, se filtraron a la prensa detalles de su contrato —incluyendo gastos personales y millonarios pagos— lo que causó una fuerte reacción pública.
Ante esta situación, y en medio de la presión mediática y las negociaciones fallidas para salir sin pagar la cláusula de salida, Sampaoli declaró públicamente sentirse como "un rehén" en Chile, acusando a Arturo Salah (presidente de la ANFP) de retenerlo "contra mi voluntad" en la selección.
La declaración causó un terremoto mediático. Fue percibida como una falta de respeto y dañó su imagen pública de forma significativa.
A los pocos días, tras intensas negociaciones, Sampaoli renunció oficialmente como seleccionador de Chile en enero de 2016. La ANFP exigió el pago de una indemnización parcial, y se cerró así, en medio del escándalo y la tensión, uno de los ciclos más exitosos —pero también conflictivos— en la historia de La Roja.
Tras su salida de Chile, Sampaoli continuó una carrera marcada por altibajos. Su siguiente desafío fue Sevilla FC, en la Liga Española, donde asumió en 2016. Allí volvió a mostrar destellos de su talento. Aunque no logró títulos, sí dejó una buena impresión.
En 2017, aceptó el llamado más complejo de su carrera: Dirigir a la selección argentina. La albiceleste llegaba mal, con un Messi sobrecargado de responsabilidades y una generación desgastada. Sampaoli logró clasificar al equipo al Mundial de Rusia 2018, pero el torneo fue un fiasco. Argentina mostró desorden, falta de cohesión y contradicciones tácticas que terminaron por sentenciarlo. La eliminación en octavos de final ante Francia selló su salida.
Sampaoli retomó su carrera en Brasil, donde dirigió a Santos y Atlético Mineiro, dejando nuevamente su huella con propuestas ofensivas y desarrollando jóvenes talentos. En ambos clubes peleó campeonatos y revitalizó su imagen. Más tarde regresó a Europa para un segundo ciclo en Olympique de Marsella y una segunda etapa en Sevilla, aunque sin el mismo brillo de sus años anteriores.
Volvió a Brasil en 2023 y coincidió con Arturo Vidal en Flamengo, aunque la relación fue diametralmente opuesta a lo que fue en La Roja. El volante chileno perdió terreno con el casildense en la banca y terminó dejando el equipo carioca. Tras su salida, el "King" llamó perdedor al "sabio de Casilda", evidenciando el quiebre definitivo.
Sampaoli, finalmente, fue desvinculado de Flamengo en septiembre de 2023. Un año después, en noviembre de 2024, firmó en Stade Rennes de Francia, pero duró poco, ya que el 30 de enero de 2025 fue cesado por los malos resultados. Y a la fecha, 10 años después de la Copa América con La Roja, se encuentra sin equipo.
Pese a su historia, el casildense escribió su nombre con letras doradas en la historia del fútbol chileno, porque logró algo que ningún otro pudo. Hacer que Chile fuera campeón en su propia tierra.