El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, manifestó su optimismo respecto a que el proyecto que pone fin al Crédito con Aval del Estado (CAE) -recientemente aprobado en la Cámara Baja- tendrá un buen recibimiento en el Senado, ya que el Gobierno allí goza de "una buena posición".
La iniciativa, que busca instaurar un nuevo Financiamiento público para la Educación Superior (FES) fue aprobada por la Cámara de Diputadas y Diputados con 80 votos y a pesar del rechazo de toda la oposición, que acumuló 51 votos.
Con ello, el proyecto "pasó íntegramente al Senado", lo que deja al Ejecutivo "en una buena posición para poder conversar con los senadores y llegar a un acuerdo", expresó Cataldo.
"En eso estamos trabajando trabajando y construyendo con el ecosistema educativo y con las instituciones de educación superior", añadió.
"Sabemos cuáles son los puntos nudos críticos y los vamos a abordar. No tengo duda de ello porque, primero, lo estamos trabajando; y segundo, porque de otro modo no se hace viable este proyecto. Cada etapa tiene su afán. Obviamente, he visto disposición en el Senado", reiteró el titular de Educación.
En la misma línea, la diputada PC e integrante de la Comisión de Eduación, Daniela Serrano valoró "de manera positiva el texto que salió de la instancia, que pasó a la Sala de la Cámara y allí fue votado ampliamente".
"Creemos que el Senado tiene que agilizar su trámite", agregó.
Detalles del proyecto y críticas
El proyecto contiene dos aristas: la primera, condonar parcialmente la deuda del CAE a los estudiantes que lo necesiten; y la segunda, reemplazar el crédito por un nuevo sistema de financiamiento de educación superior (FES).
Esta última arista es la controversial, pues si bien financia la carrera universitaria de los alumnos que, por voluntad propia, pueden adherirse al FES -sin generarles deudas-, tienen la posterior obligación de retribuir ese dinero con el 8% de su sueldo como máximo cuando empiecen a trabajar, por un plazo límite de 20 años.
Por lo tanto, el copago para dichos alumnos está prohibido, a excepción de quienes pertenecen al 10% más rico de la población. Esto, según expertos, golpeará significativamente a la financiación de las universidades.
Los académicos también critican que, por tener mayores ingresos, cerca del 30% de los potenciales deudores del FES "pagarían un impuesto".
En añadidura, el diputado UDI y también integrante de la Comisión de Eduación, Sergio Bobadilla, espera que a la iniciativa "se le hagan profundos cambios, porque dejará endeudados por 20 años a los estudiantes y eliminará las becas y los créditos".
Además, "generará cupos y, quienes no alcancen, no tendrán ninguna ayuda por parte del Estado", dijo.