Después de 31 años del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, los familiares de las víctimas y autoridades de la comunidad judía volvieron a pedir justicia en un acto en el que participó el presidente argentino, Javier Milei.
"Esperamos que los fiscales agoten todos los recursos y exijan lo necesario a las autoridades políticas para esclarecer el caso por completo. No aceptamos más excusas ni dilaciones", dijo el presidente de la AMIA, Osvaldo Armoza, sobre el atentado ocurrido en 1994 y que causó 85 muertos y unos 300 heridos.
Durante su discurso, enfatizó que este atentado "no puede ser comprendido como un hecho aislado" y destacó que "la amenaza está viva, activa y se adapta a las condiciones de cada época".
Alertó, así, sobre la presencia de agentes iraníes y de Hizbulá en América Latina, y subrayó que "solo una cooperación internacional seria y sostenida" puede hacer frente a esa amenaza global.
Milei estuvo en el acto acompañado de varios integrantes de su gabinete, como la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, y su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
"No vamos a parar hasta que se haga justicia", afirmó Milei, quien también reiteró la posición firme de su Gobierno en apoyo a Israel.
"Este acto es una manifestación de nuestra condena al terrorismo y un recordatorio de que debemos seguir luchando por la memoria y la justicia", añadió el mandatario.
Con el sonido de las sirenas que recordaron la tragedia ocurrida el 18 de julio de 1994, la AMIA reafirmó que "la impunidad sigue; el terrorismo también", un lema que resuena entre los descendientes de las víctimas y sobrevivientes del atentado.
La Justicia argentina resolvió hace pocos días llevar a cabo un juicio oral en ausencia contra los diez acusados de planificar el atentado a la AMIA. A pesar de haberse cumplido 31 años del suceso, no hay detenidos ni condenados.