Pese a las medidas heterodoxas y controversiales que Donald Trump ha aplicado contra distintos países para alcanzar sus objetivos, las negociaciones que ha llevado a cabo, hasta el momento, parecen haberle dado buenos resultados.
A poco más de dos semanas en el poder, el magnate ha sacudido el escenario internacional con los aranceles anunciados a México, Canadá y China; con su retórica y política antimigrante, caracterizada por implementar masivas deportaciones en su país; y con sus intenciones anexionistas, particularmente con Ottawa y con el control del Canal de Panamá, bajo el discurso de "Estados Unidos primero".
La Casa Blanca repasó el lunes los "objetivos cumplidos en el escenario mundial", y destacó los vuelos de repatriación de migrantes indocumentados o criminales a Colombia, México y Venezuela; el envío de tropas mexicanas al cuidado de la frontera y la alianza con canadienses para combatir el tráfico de drogas -ambas medidas bajo la amenaza arancelaria-; junto con la visita de Marco Rubio a Panamá, que rescindirá su participación en el programa "Franja y Ruta" de China.
En definitiva, el arte de la negociación de Trump ha funcionado hasta ahora, pero a costa de desestabilizar la economía y el comercio internacional. Escucha el comentario de la periodista Paula Molina.