Se busca darle un nuevo lustre ahora que se acerca a sus 130 años.
Los trabajos, que costarán 500 millones de dólares, se completaran en 2014.
Nueva York puso en marcha las obras de renovación del puente de Brooklyn, uno de los principales símbolos de la ciudad, para darle un nuevo lustre ahora que se acerca a los 130 años de edad.
El 
proyecto de 500 millones de dólares incluye la ampliación de las estrechas rampas de acceso al puente, el reemplazo de secciones de asfalto deterioradas y una nueva capa de pintura para proteger su estructura de acero de la corrosión.
Los responsables de las obras calculan que los trabajos se completarán en 2014, un año después de que el puente de 1.800 metros de longitud, que une los neoyorquinos barrios de Brooklyn y Manhattan, cumpla 130 años como uno de los emblemas de la Gran Manzana.
Por el momento se sabe que los trabajos implicarán el cierre durante las noches de los carriles automovilísticos en dirección a Manhattan, aunque no se espera que afecten al tráfico que se dirige a Brooklyn, ni a las pasarelas que miles de neoyorquinos y turistas emplean cada día para cruzar el puente a pie.
El Ayuntamiento de Nueva York aportará unos 286 millones de los 500 millones de dólares que cuestan las obras, mientras que el resto del presupuesto se cubrirá con fondos federales. Esta es la primera renovación de envergadura de esta histórica estructura en más de una década, según las autoridades locales, que además destacan que las obras generarán cientos de empleos.
El fotogénico puente que se levanta sobre el East River se abrió al público en mayo de 1883 después de 13 años de obras y una inversión de unos 15 millones de dólares. En la actualidad lo atraviesan cada día cerca de 120.000 vehículos, 4.000 peatones y 2.600 ciclistas.
