Varias panaderías de Deir al Balah, centro de Gaza, reabrieron sus puertas y distribuirán pan "a través de cocinas comunitarias" tras la llegada ayer de harina y combustible en medio centenar de camiones. Pero según la ONU, el goteo de ayuda humanitaria es insuficiente para una población en riesgo de hambruna.
"Recibimos envíos de harina (más de 50 camiones) para ayudar a varias panaderías en Deir al Balah a reanudar sus operaciones. Ayer, logramos suministrarles combustible con el que ya se encontraba en Gaza", dijo en un comunicado la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Además, la agencia aseguró también que una carga similar a unos 20 camiones -con alimentos terapéuticos listos para usar y suplementos nutricionales- fueron descargados "de forma segura" en el almacén de UNICEF en Deir al Balah, donde están siendo empaquetados en cargas más pequeñas antes de ser enviados a decenas de puntos de distribución.
"Este envío es limitado en cantidad y está lejos de ser suficiente para satisfacer la magnitud y el alcance de las necesidades de los 2,1 millones de habitantes de Gaza", denunció la OCHA, que dijo que "alimentos frescos, artículos de higiene, purificadores de agua y combustible para abastecer hospitales no han sido autorizados a ingresar en más de 80 días".
La población de Gaza corre riesgo de hambruna, con casi medio millón de personas al borde de la inanición, según un informe reciente respaldado por al ONU. Solo en los últimos dos días, al menos 29 niños y ancianos han muerto de hambre, dijo hoy en Ginebra el ministro de Sanidad de Palestina, Maged Abu Ramadan.
Israel está permitiendo una entrada muy limitada de ayuda con el fin de seguir manteniendo la ofensiva bélica, y como un paso previo al establecimiento de un nuevo proceso de distribución -militarizado y basado en proveedores norteamericanos- que busca implementar en el sur de Gaza pese al rechazo de la ONU.