El expresidente peruano fue sentenciado a 15 años de prisión por lavado de activos y financiamiento ilegal de sus campañas.
Su esposa, también condenada, viajó ya a Brasilia junto su hijo tras recibir asilo político.
En el centro penitenciario de Barbadillo estaban ya otros dos expresidentes: Alejandro Toledo y Pedro Castillo.
El expresidente peruano Ollanta Humala (2011-2016), quien fue condenado este martes a 15 años de prisión por lavado de activos, ocupa la misma celda en la que estuvo preso el exmandatario Alberto Fujimori en el penal de Barbadillo en Lima, conocida como la "cárcel de los presidentes", informó este miércoles el Instituto Nacional Penitenciario de Perú (INPE).
"Siempre hay espacio para un interno más y, en este caso, han sentenciado a un expresidente y ya está en el penal. (...) Sus ambientes, su dormitorio y su zona para visita se mantiene", indicó el presidente del INPE, Javier Llaque.
En este particular establecimiento penitenciario instalado en la base de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes) de la Policía residen en la actualidad dos expresidentes: Alejandro Toledo (2001-2006), que fue condenado a 20 años y seis meses por colusión y Pedro Castillo (2021-2022), procesado por el fallido intento de golpe de Estado.
Humala fue condenado a 15 años de prisión por lavado de activos, al haber recibido aportaciones ilícitas del expresidente venezolano Hugo Chávez y de la empresa brasileña Odebrecht para financiar sus campañas electorales de 2006 y 2011.
La esposa de Humala, Nadine Heredia, también fue encontrada culpable del mismo delito y recibió una condena de 15 años de prisión por haber dirigido esas campañas electorales, pero acudió a la Embajada de Brasil, donde pidió asilo, y llegó este miércoles a Brasilia.
Heredia arribó en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), enviado a Lima una vez que las autoridades peruanas otorgaron el necesario salvoconducto, negociado con el Gobierno brasileño.
La esposa del expresidente llegó a la capital brasileña con uno de sus hijos, Samir, beneficiado también con el asilo diplomático, y aún se desconoce si se afincará en Brasilia o en otra ciudad del país.
