El duro informe del papa: Admite vergüenza y apunta a renuncias, pero quiere ir más allá

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Autor: Cooperativa.cl

Francisco enfatizó que "creer que sólo la remoción de las personas, sin más, generaría la salud del cuerpo es una gran falacia".

"La gravedad de los sucesos no nos permite volvernos expertos cazadores de 'chivos expiatorios'", remarcó.

El duro informe del papa: Admite vergüenza y apunta a renuncias, pero quiere ir más allá
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Este jueves terminó la reunión del papa Francisco con los 34 obispos chilenos luego de que el cardenal Charles Scicluna le entregara un informe detallado sobre los abusos sexuales en la Iglesia chilena y cómo las autoridades eclesiásticas ayudaron a encubrir estos delitos.

En medio de los rumores de renuncias, esta noche T13 reveló parte del texto que escribió el propio Jorge Bergoglio con sus reflexiones y que entregó bajo gran hermetismo a los obispos chilenos. El documento, de 10 carillas, contiene una dura crítica al clero y advierte los pasos que se deben seguir para avanzar en la reparación.

En el documento, el pontífice argentino advirtió que existe una "herida abierta, dolorosa" que "ha sido tratada con una medicina que, lejos de curar, parece haberla ahondado más en su espesura y dolor".

El papa Francisco agrega que la Iglesia chilena perdió su "inspiración profética" y dio lugar "a lo que podríamos denominar una transformación en su centro"

Así, añade que la iglesia "se ensimismó de tal forma que las consecuencias de todo este proceso tuvieron un precio muy elevado: su pecado se volvió el centro de atención. La dolorosa y vergonzosa constatación de abusos sexuales a menores, de abusos de poder y de conciencia por parte de ministros de la Iglesia, así como la forma en que estas situaciones han sido abordadas, deja en evidencia este 'cambio de centro eclesial'".

Junto a su análisis, el papa advierte que es "urgente abordar y buscar reparar en el corto, mediano y largo plazo este escándalo para restablecer la justicia y la comunión".

En esa línea, Francisco remarcó que "los problemas que hoy se viven dentro de la comunidad eclesial no se solucionan solamente abordando los casos concretos y reduciéndolos a remoción de personas; esto –y lo digo claramente- hay que hacerlo, pero no es suficiente, hay que ir más allá".

"Sería irresponsable de nuestra parte no ahondar en buscar las raíces y las estructuras que permitieron que estos acontecimientos concretos se sucedieran y perpetuasen", sostuvo Francisco en el documento, según publicó T13.

Bajo esa línea, Bergoglio advierte que "confesar el pecado es necesario, buscar remediarlo es urgente, conocer las raíces del mismo es sabiduría para el presente-futuro. Sería grave omisión de nuestra parte no ahondar en las raíces. Es más, creer que sólo la remoción de las personas, sin más, generaría la salud del cuerpo es una gran falacia. No hay duda que ayudaría y es necesario hacerlo, pero repito, no alcanza".

"Episodio Jonás"

En la página ocho, Bergoglio dijo que "recibí con cierta preocupación la actitud con la que algunos de ustedes, obispos, han reaccionado ante los acontecimientos presentes y pasados".

"Una actitud -planteó- orientada hacia lo que podemos denominar el "episodio Jonás" -en medio de la tormenta era necesario tirar fuera el problema- creyendo que la sola remoción de personas solucionaría de por sí los problemas".

"Y allí donde la responsabilidad no es asumida y compartida, el culpable de lo que no funciona o está mal siempre es el otro. Por favor, cuidémonos de la tentación de querer salvarnos a nosotros mismos, salvar nuestra reputación ('salvar nuestro pellejo'); que podemos confesar comunitariamente la debilidad y así poder encontrar juntos respuesta humildes concretas y en comunión", dijo.

"La gravedad de los sucesos no nos permite volvernos expertos cazadores de 'chivos expiatorios'. Todo esto nos exige seriedad y coresponsabilidad para asumir los problemas como síntomas de un todo eclesial que somos", reflexionó.

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"Es urgente abordar y buscar reparar en el corto, mediano y largo plazo este escándalo para restablecer la justicia y la comunión", escribió el papa a los obispos chilenos.

"Modo más que imprudente"

El papa, aludiendo al informe de Scicluna y el sacerdote español Jordi Bertomeu, manifestó en el documento que "mis enviados han podido confirmar que algunos religiosos expulsados de su orden a causa de la inmoralidad de su conducta y tras haberse minimizado la absoluta gravedad de sus hechos delictivos atribuyéndolos a simple debilidad o falta moral, habrían sido acogidos en otras diócesis e incluso, en modo más que imprudente, se les habrían confiado cargos diocesanos o parroquiales que implican un contacto cotidiano y directo con menores de edad".

En un tono más duro, Bergoglio enfatiza que "existen graves defectos en el modo de gestionar los casos de delicta graviora (delitos más graves) que corroboran algunos datos preocupantes que comenzaron a saberse en algunos Dicasterios romanos. Especialmente en el modo de recibir las denuncias, pues en no pocos casos han sido calificados muy superficialmente como inverosímiles lo que eran graves indicios de un efectivo delito".

Sin mencionar ningún caso en particular, Francisco dijo que se pudo corroborar "la existencia de presuntos delitos investigados solo a destiempo o incluso nunca investigados, con el consiguiente escándalo para los denunciantes y para todos aquellos que conocían las presuntas víctimas, familias, amigos, comunidades parroquiales".

"En otros casos -agregó- se ha constatado la existencia de gravísimas negligencias en la protección de los niños/as y de los niños/as vulnerables por parte de los Obispos y Superiores religiosos, de los cuales tienen una especial responsabilidad en la tarea de proteger al pueblo de Dios".

La "vergüenza" del papa

En su escrito, el papa afirmó sentir "vergüenza" por las declaraciones que "certifican presiones ejercidas sobre aquellos que debían llevar adelante la instrucción de los procesos penales o incluso la destrucción de documentos comprometedores por parte de encargados de archivos eclesiásticos, evidenciando así una absoluta falta de respeto por el procedimiento canónico y, más aún, unas prácticas reprobables que deberán ser evitadas en el futuro".

"En la misma línea y para poder corroborar que el problema no pertenece a solo un grupo de personas, en el caso de muchos abusadores se detectaron ya graves problemas en ellos en su etapa de formación en el seminario o noviciado. De hecho, constan en las actas de la 'Misión especial' graves acusaciones contra algunos Obispos o Superiores que habrían confiado dichas instituciones educativas a sacerdotes sospechosos de homosexualidad activa", concluyó.

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