El obispo designado de la Diócesis de Osorno, Juan Barros Madrid, hizo pública este lunes una "carta a los sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y fieles" como respuesta a las críticas que desató su designación apenas fue informada por el Vaticano.
"Durante algunas semanas de enero y febrero recién pasado estuve ausente viviendo el mes del Retiro Espiritual de San Ignacio de Loyola (...) En Roma hacia fines de febrero tuve la alegría de conversar personalmente con el Santo Padre Francisco, quien me animó para asumir este nuevo encargo pastoral con humildad y generosidad, sirviendo en nombre de Jesucristo al pueblo de Dios en Osorno, especialmente a los más pobres", señaló la misiva de Barros en sus primeros párrafos.
Más adelante, aludiendo a la "serie de opiniones" que se han difundido en relación con su persona, afirma: "Jamás tuve conocimiento de alguna denuncia respecto del sacerdote Karadima siendo Secretario del Cardenal Juan Francisco Fresno, y jamás tuve conocimiento ni imaginé nunca de aquellos graves abusos que este sacerdote cometía con sus víctimas".
"No he aprobado ni participado en esos hechos gravemente deshonestos. Hubo una investigación exhaustiva por instancias competentes civiles y eclesiásticas para discernir las responsabilidades y sanciones. Con la gracia de Dios llevo más de treinta años de Sacerdote y casi veinte de Obispo, y mucha gente me ha conocido en distintas Parroquias y Diócesis con un feliz ministerio", continúa la carta.
"Me duele el dolor de las víctimas"
"Me duele profundamente el hondo dolor que por largos años les sigue afectando a las víctimas. Y reitero junto a toda la Iglesia que no hay lugar en el sacerdocio para quienes cometen estos abusos, y que la prevención y la promoción del buen trato deben ser un pilar de nuestro caminar eclesial. Quiero recordar que he adherido plenamente a la sentencia condenatoria de la Congregación para la Doctrina de la Fe al sacerdote Karadima", manifiesta el obispo castrense.
"Como tantos jóvenes y familias yo llegué a participar a la Parroquia del Sagrado Corazón en tiempos hermosos de espiritualidad y apostolado, pero terminé defraudado por este sacerdote y condeno absolutamente los delitos por él cometidos. El daño que ha causado es enorme", sostiene
"En diferentes ocasiones, en público y en privado, he ido manifestando de lo anterior. Pero por las limitaciones que como toda persona yo tengo, si no he sabido o no he podido expresar bien mi posición ante estos hechos tan penosos y complejos, pido humildemente que me disculpen", dice el prelado, que señala lamentar también, y "profundamente", el "desconcierto producido en miembros del pueblo de Dios y en la opinión pública".
"Recen mucho por mí", pidió Barros, quien confía en poder conquistar a los fieles de Osorno pese a su mala reputación. (Foto: Iglesia)
"Como buen pastor"
"Junto a los hermanos Obispos y mi familia hemos padecido estos sufrimientos con la Iglesia, pidiendo que Dios nos ayude a todos a tener claridad y paz. Comprendo a quienes hayan sentido tristeza y molestia, pero confío en que al conocernos y trabajar juntos por la comunidad de Osorno podamos todos ir creciendo con la serena unidad en nuestra tan alegre tarea evangelizadora", dice.
"Les pido con humildad que recen mucho por mí. Agradezco a todos los que me han fortalecido especialmente en estos dolorosos días con sus plegarias y muestras de solidaridad (...) Deseo cumplir como buen pastor y aceptando con espíritu de obediencia esta nueva misión encomendada por el Papa Francisco, a quien le agradezco muy sentidamente por su confianza y apoyo. Anhelo integrarme y caminar juntos como Iglesia que peregrina en Osorno, con ustedes, sus familias y tantos laicos ejemplares en su vida cristiana. Deseo hacer vida con ustedes lo expresado en mi lema episcopal: 'Hágase Tu voluntad'", finaliza la misiva.
A las críticas públicas manifestadas desde hace dos meses por los denunciantes del caso Karadima -quienes han sostenido que Barros presenciaba y los abusos y "se besaba y acariciaba" con Karadima- se sumó hoy el superior provincial de la Congregación de los Sagrados Corazones, Álex Vigueras, quien aseguró que Barros "debiera renunciar".
El rechazo al nombramiento de Barros motivó incluso protestas ciudadanas en Osorno e impulsó al diputado socialista Fidel Espinoza a llevar a Roma una carta firmada por 51 parlamentarios chilenos oponiéndose a su llegada a la Diócesis.