El sociólogo y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2007, Manuel Antonio Garretón, entregó este martes, en Lo Que Queda del Día, de Cooperativa, un análisis profundo sobre los resultados de la primera vuelta presidencial celebrada el domingo, que derivó en un balotaje en diciembre próximo entre la comunista Jeannette Jara, abanderada del oficialismo y la Democracia Cristiana, y el republicano José Antonio Kast, carta de las derechas.
Respecto a la irrupción de Franco Parisi y el Partido de la Gente (PDG), cuyo tercer lugar no fue anticipado por las encuestas, el académico lo definió como "más bien una persona de centroderecha más hacia la derecha; más a lo que sería la derecha que representa Chile Vamos, si se quiere, en ese sentido, pero no corresponde a una derecha autoritaria".
Garretón destacó la dualidad en el perfil del candidato: "Tiene un perfil, por un lado -y esto es una cosa bastante curiosa-, muy tecnocrático (...) pero, por otro lado, tiene un componente claramente populista. Es una mezcla de populismo y tecnocracia, más inclinado, sin duda, a posiciones de derecha". No obstante, enfatizó la importancia de "no confundir a Parisi con su electorado".
El sociólogo describió la base de Parisi como "un electorado muy variado que en su mayoría correspondería a parte de los que hablamos cuando hablamos de 'los cuatro millones'; es decir, los sectores que recién se incorporan, que no habían participado previamente en elecciones".
Este grupo, según Garretón, se caracteriza porque "no se define por una ideología ni por una determinada decisión política", por lo que el discurso de Parisi se enfoca en "las necesidades inmediatas y a mostrar que él puede resolver".
"Autoritarismo vs. democracia"
En su análisis de fondo, Garretón sostuvo que "el clivaje fundamental de la sociedad chilena sigue siendo el autoritarismo-democracia".
Argumentó que "esta elección, que se ha llamado primaria de la derecha, significa que ha triunfado -para variar, permanentemente- la corriente más extrema o más autoritaria. Es decir, aquella que se identifica más con lo que fue la dictadura y el orden legado por la dictadura".
El sociólogo indicó que "el llamado que hizo Evelyn Matthei (a apoyar a Kast en el balotaje, tras obtener el quinto lugar en la primera vuelta) y el hecho de que alguna gente se haya acercado, gente que era de la Democracia Cristiana, personajes políticos, etcétera, que hayan terminado apoyando a Evelyn Matthei, que hayan sido derrotados y después de eso digan que van a apoyar a Kast, quiere decir que hay un sector importante que se ha unido al liderazgo autoritario, no democrático, y esa es la tragedia".
Jara y Kast, herederos de dos corrientes opuestas
Garretón reconoció que hay un sector, como los votantes de Parisi, que "no vota por ese clivaje" de autoritarismo versus democracia. Sin embargo, la segunda vuelta obliga a la ciudadanía a definir un rumbo: "Las dos figuras hoy día que están expresando la opción de Chile, es, uno, un heredero de la dictadura que reivindica su legado y alguien que encabeza el mundo que se opuso a la dictadura en una versión nueva".
El sociólogo relevó a Jara como "una mujer que se plantea liderando una coalición completa, a todos los partidos que no se identifican con la dictadura, todos, unidos en una candidatura. Eso es nuevo".
En este contexto de alianzas, hizo una distinción sobre el nombre que utiliza la coalición de Jara. Aclaró que, aunque se le llame "oficialismo", el nombre es "Unidad por Chile", lo cual -según Garretón- ofrece un "mensaje de unidad al país", contrastándolo con la naturaleza de la campaña de Kast, que calificó como "una candidatura enteramente divisionista" que representa el lado que está en "oposición permanente a lo que fue los gobiernos democráticos".
Finalmente, el académico puso de relieve el dilema que enfrentan el líder del PDG y sus votantes, que no se identifican con el clivaje tradicional: "Parisi puede representar a un mundo que no se ubique en eso, (pero) al final va a tener que elegir entre uno de los dos. Ese es el gran problema", concluyó.