Una expedición del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) detectó por primera vez deformaciones del suelo oceánico en la Fosa de Atacama, que se extiende a lo largo del Pacífico Suroriental, un avance considerado clave para entender los procesos dinámicos que ocurren en las profundidades del océano y cómo estos están relacionados con la generación de grandes terremotos y tsunamis.
Según reveló la Universidad de Concepción, el proyecto IDOOS se enfoca en este estudio integral, que aborda los procesos dinámicos interrelacionados que ocurren en el océano profundo, proporcionando una oportunidad única para investigar, desde distintas perspectivas, los mecanismos que vinculan la actividad tectónica con la evolución del ecosistema marino en la Fosa de Atacama.
"La Fosa de Atacama, uno de los lugares menos conocidos de la Tierra, es clave para comprender la generación de megaterremotos y tsunamis, fenómenos que afectan la estabilidad del fondo marino, el transporte de sedimentos, y los ecosistemas" explicó el director del Proyecto IDOOS, doctor Marco Moreno, profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica e investigador principal del IMO.
Gracias al trabajo de los especialistas de IMO y del Centro de Instrumentación Oceanográfica (CIO) de la UdeC, la misión fue todo un éxito y "por primera vez se logran obtener datos continuos, que permiten estimar de manera casi simultánea, procesos oceanográficos y tectónicos", puntualizó Moreno, que destacó el poder conseguir "datos multi paramétricos desde la físico-química del agua, condiciones biológicas, etc., y el cambio climático que hoy es tan importante".
Tsunamis y grandes terremotos
Una de las líneas de investigación está relacionada a los procesos que generan tsunamis y grandes terremotos, que ocurren en zonas de subducción, como en Chile, donde la colisión entre placas tectónicas deforma la corteza terrestre.
Este proceso genera una profunda depresión en el fondo marino, conocida como fosa oceánica, que en el país alcanza más de 8 kilómetros de profundidad, a tan solo 130 km de la costa.
En estas fosas, la placa oceánica se desliza bajo la placa continental, acumulando enormes cantidades de energía a lo largo de décadas o siglos.
Para monitorear estos procesos, en 2023, durante el primer crucero IDOOS, se instaló una red de 5 sensores en el piso oceánico en colaboración con científicos alemanes a bordo del buque de investigación Sonne.
Ahora, en enero de 2025, el equipo regresó a la Fosa de Atacama con el buque oceanográfico Cabo de Hornos de la Armada de Chile, logrando realizar "la compleja misión de mantenimiento y recuperación de los datos registrados por estas estaciones submarinas".
Una zona que "está acumulando energía"
La plataforma IDOOS está instalada en la brecha sísmica de Atacama, frente a Taltal, una zona identificada como laguna sísmica, donde el último gran terremoto ocurrió en 1922 y el anterior en 1819.
Se estima que estos eventos se repiten aproximadamente cada 100 años, lo que sugiere que la región se encuentra en un período de acumulación de energía tectónica.
"Los datos en tierra ya indican que esta zona está acumulando energía y que pronto podría ocurrir un gran terremoto de magnitud 8,0 a 8,5. Por eso, las mediciones geofísicas submarinas son clave, ya que con los equipos terrestres perdemos resolución y no podemos captar con precisión los procesos donde realmente se generan estos eventos", explicó Moreno.
Asimismo, se dio cuenta que con dichos datos se puede determinar si la energía acumulada en esta zona alcanza la fosa oceánica, lo que es fundamental para evaluar si un futuro terremoto podría romper hasta la fosa y generar un gran tsunami en Atacama.
Estos datos permitirán comprender mejor las señales que anteceden a un gran sismo.
Grandes resultados
El equipo del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), en colaboración con la tripulación del Cabo de Hornos, completó la misión con un 100% de éxito. Todos los sensores estaban operativos y se logró recuperar la totalidad de los datos, marcando un hito en la exploración y monitoreo de la Fosa de Atacama.
Además, junto con estas actividades, los investigadores del IMO llevaron a cabo una serie de mediciones y toma de muestras utilizando un vehículo autónomo de caída libre ("lander" en inglés).
Estos datos son fundamentales para comprender los procesos integrados que ocurren en el océano profundo, proporcionando información clave sobre la interacción entre la geodinámica, la oceanografía y los ecosistemas en esta zona extrema.