La introducción de sistemas de voto por internet en todo el mundo es por ahora muy limitada ante el temor a fraudes o coacciones, pero un equipo de investigadores suizos ha creado una tecnología de votación, recuento y transmisión que según ellos garantiza completamente la independencia del votante.
Los científicos, pertenecientes a la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), han bautizado el nuevo sistema como Votegral, y utilizan en él una técnica conocida como "credenciales falsas" para asegurarse de que el votante no es forzado a elegir una u otra opción en una consulta.
Según explica este martes un comunicado de la institución, una de las más prestigiosas en el campo de la investigación en Suiza, los votantes a los que se intenta coaccionar pueden hacer uso de una de esas credenciales falsas para fingir el voto, para más tarde emitir su verdadera elección.
El sistema puede luego filtrar los votos, descartando los falsos y tomando sólo en cuenta los que verdaderamente quieren emitir los votantes.
Votegral "garantiza que ningún elector pueda ser forzado o sobornado para emitir su voto de una manera determinada, ya que no existe forma de demostrar cómo vota", destacó el experto de la Escuela de Ciencias de la Computación y de la Comunicación de EPFL Bryan Ford.
"Esto protege contra la compra de votos, la coacción en el mismo domicilio (por ejemplo, por una pareja controladora) o la manipulación por parte de empleadores o grupos políticos", agregó Ford, quien dentro de la citada escuela dirige el Laboratorio de Sistemas Descentralizados y Distribuidos.
Anteriores sistemas que recibían votos falsos y verdaderos para luego filtrarlos hasta ahora se habían mostrado demasiado lentos para una elección en el mundo real, calculándose que se necesitarían 1.700 años para el recuento de un millón de papeletas.
Sin embargo, Votegral ha logrado reducir el tiempo a 14 horas, usando los últimos avances criptográficos, según el comunicado de EPFL.
El voto a través de internet se ha contemplado desde hace años como una posible solución a la baja participación política, también en un país como Suiza, donde sus ciudadanos votan varias veces al año en referendos (con frecuencia usan la modalidad por correo) pero a menudo las tasas de votación son inferiores al 50 %.
Además del mayor riesgo de coacción que hasta ahora entraña, existe un creciente peligro de que el voto por internet pierda el carácter de secreto, ya que la computación cuántica comienza a ser capaz de desencriptar los algoritmos del voto electrónico que garantizan el anonimato en los votantes.
"Por supuesto que tiene que desarrollarse una versión post-cuántica de Votegral, aunque es algo factible", aseguró Ford al respecto.