China lidera revolución del deporte robótico con maratones, combates y Tai Chi
Se trata de una apuesta estratégica donde el campo de juego es también un laboratorio tecnológico.

Se trata de una apuesta estratégica donde el campo de juego es también un laboratorio tecnológico.
China está transformando el deporte a través de la robótica avanzada, con humanoides que corren maratones, enseñan Tai Chi y compiten en ligas que aspiran a convertirse en olímpicas.
Esta apuesta estratégica no solo busca el espectáculo, sino también impulsar su política industrial, educación y liderazgo tecnológico global.
En abril, el robot humanoide Tiangong completó los 21 km de una media maratón en Pekín junto a corredores humanos, marcando un hito para el hardware deportivo del país. Poco después, ciudades como Wuxi y Hangzhou albergaron los primeros Juegos de Robots y torneos de combate retransmitidos por CCTV, con máquinas ejecutando tareas complejas en tiempo real.
La próxima gran cita será en diciembre, cuando Shenzhen reciba la Mecha Fist: Freestyle Combat League, el primer campeonato mundial de lucha entre robots humanoides de tamaño real. Más que espectáculo, se trata de un experimento educativo y cultural con ambiciones olímpicas.
Desde 2012, más de 18.000 escuelas chinas han integrado el deporte robótico en sus planes de estudio. Mientras, el ecosistema industrial crece a ritmo récord: solo en los primeros cinco meses de 2025 se crearon 100.000 nuevas empresas del rubro, y el mercado chino ya representa la mitad del global de robots humanoides.
Cantón, con ciudades como Zhuhai y Shenzhen, lidera este auge con subsidios, estándares internacionales y clústeres tecnológicos.
La región produjo el 44% de todos los robots industriales del país en 2023 y refuerza su posición como epicentro global del sector.
Más allá del show, los robots están presentes en actividades cotidianas: enseñan yoga, corrigen posturas en fisioterapia y actúan como árbitros en esgrima juvenil.
"El público llega a creer que tienen alma", afirmó Zhang Yu, inversor de Qingzhi Capital, subrayando el poder emocional de estas máquinas.
Aunque desafíos técnicos como sensores, articulaciones y costos persisten, expertos coinciden en que China ha abierto una ventana clave hacia el futuro del deporte. En sus pistas, laboratorios y estadios, la robótica ya corre, enseña y compite como protagonista de una nueva era.