La corta tregua arancelaria anunciada por el Gobierno de Estados Unidos, que aplazó de este 9 de julio al 1 de agosto la aplicación de aranceles aumentados para la mayoría de sus socios comerciales, en la realidad "prolonga el periodo de incertidumbre, perjudica las inversiones a largo plazo y los contratos de negocios".
Así lo analizó hoy Pamela Coke-Hamilton, directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional, una entidad dedicada al análisis riguroso e independiente del comercio internacional y sus reglas, creada en Ginebra conjuntamente por Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio.
"La incertidumbre económica tiene consecuencias en el mundo real, en los países y en los sectores", sostuvo, recalcando que el comercio se ha cerrado desde que Estados Unidos lanzara su guerra comercial y que los principales afectados son los países más vulnerables.
"Desde inicios del año, hemos detectado que se han tomado más de 150 medidas comerciales restrictivas a nivel mundial, las que se han agregado al declive general del comercio global desde que empezó la guerra en Ucrania, que a la vez provocó rupturas en la cadena de suministros y el aumento del precio de las materias primas", señaló.
Al mismo tiempo, subrayó que los países que afrontan los aranceles más altos son los menos desarrollados, entre ellos Lesoto, Laos, Madagascar y Birmania (Myanmar), a los que se han fijado tasas arancelarias de entre el 40 y 50%, según las cartas que han recibido sus respectivos gobiernos este lunes de la Casa Blanca.
Esos aranceles se empezarán a aplicar el 1 de agosto.
Lesoto exporta a Estados Unidos el 60% de su producción de ropa, que a partir de esa fecha tendrá que pagar 50% de arancel, una situación que pone en riesgo a la industria y a decenas de miles de empleos que dependen de ésta, comentó Coke-Hamilton como uno entre varios ejemplos.
Etapa de gran turbulencia
Para la especialista, esta situación sumada al recorte masivo de la financiación a la ayuda internacional crean el contexto para una etapa de gran turbulencia.
Consideró que la única salida para los países afectados es estrechar las relaciones comerciales con sus vecinos, hacer lo necesario para agregar valor a sus productos de exportación y poner por delante la agenda de las pequeñas y medianas empresas.
Los países más industrializados del planeta y que forman el G7 financiaban hasta ahora el 75% de la ayuda internacional y ahora han anunciado por separado planes que en conjunto representan una disminución del 28% de esas contribuciones.
Coke-Hamilton dijo que la carta enviada en la víspera por EE.UU. ni siquiera aclara si hay espacio para negociar los nuevos aranceles anunciados o si éstos ya son definitivos.
"Los países deben diversificarse, buscar nuevos mercados, integrarse más e invertir en ellos mismos en lugar de continuar con la dependencia", sentenció.