Otra mirada sobre la patria, como espacio de construcción de justicia social

Cuando en Chile celebramos la Primera Junta Nacional de Gobierno, la patria aparece como un concepto reiterado en todos los discursos. A qué se refieren con patria, parece ser que es un grupo de los símbolos que nos muestran, como el campo, la cordillera, el mar, el rodeo, la cueca, el himno nacional, la bandera, el escudo, nuestras batallas y héroes nacionales del siglo XIX son los que expresan el patriotismo y el amor a la tierra y nuestra chilenidad.

Sin embargo, hay otra visión de la patria esta está referida a ideas que complementan esos símbolos, que son otra forma de entender la identidad nacional, la soberanía, y la independencia (es por esto último que debemos, si somos y/o nos sentimos patriotas, denunciar la intervención extranjera y abogar por un Chile libre de dominación imperialista, esa es una forma de potenciar la necesidad de proteger la independencia del país).

La noción de patria ha sido, a lo largo de la historia, un concepto cargado de significado emocional y político. Sin embargo, cuando hablamos de la patria como un espacio de justicia social se abre un debate crucial sobre el papel que juega la sociedad en la construcción de un entorno equitativo y solidario. La pregunta es cómo la patria puede ser entendida no solo como un territorio y los símbolos que la representan, sino como un compromiso hacia la justicia y la igualdad para todos los habitantes de Chile. Lo que implica la distribución equitativa de recursos, la igualdad y la protección de los derechos de todos/as, especialmente de los más vulnerables. En una verdadera patria, la justicia social es un derecho fundamental, no un privilegio. Esto implica que el Estado debe jugar un papel activo en la promoción de políticas que reduzcan la desigualdad y fomenten la inclusión social.

Tradicionalmente, la patria se asocia con la tierra natal, la cultura y la identidad. Sin embargo, es vital trascender esta visión, que a nuestro entender es limitada, para comprenderla como un espacio donde se deben garantizar derechos y oportunidades. La patria debe ser el lugar, la tierra, donde se respeten y se promuevan los derechos humanos, donde cada persona tenga acceso a la educación, la salud, y otros servicios esenciales que permiten una vida digna. Sin olvidar que la Identidad y la riqueza cultural supone promover la educación y la historia como fundada en el pluralismo cultural y jurídico que también debe ser reconocido, y que atraviesa a los pueblos que conforman Chile ya que allí está expresada la idea de que la cultura es o debe ser un componente esencial en la construcción de una patria fuerte y unida.

Otro elemento a considerar es la educación, qué duda cabe que es uno de los pilares fundamentales para alcanzar este otro concepto de patria que se asocia a la justicia social es un sistema educativo inclusivo y accesible, permite que todos los individuos, independientemente de su origen socioeconómico, tengan la oportunidad de desarrollar su potencial. La inversión en educación no solo beneficia a las personas, sino que también contribuye al desarrollo sostenible de la patria en su conjunto.

La unidad y la solidaridad son otros de los elementos centrales de la patria, lo que supone la unidad del pueblo chileno en torno a la solidaridad entre las diferentes clases y sectores de la sociedad, promoviendo la idea de que solo a través de la unidad se podría construir una patria verdaderamente libre y justa. La solidaridad es un valor esencial en la construcción de una patria centrada en la justicia social. Implica reconocer las luchas y necesidades de los demás, promoviendo un sentido de comunidad y apoyo mutuo.

En un mundo cada vez más individualista, fomentar la solidaridad puede ser un desafío, pero es fundamental para crear un entorno donde todos se sientan valorados y apoyados. Este principio se vincula con la defensa de la democracia y los derechos humanos como un acto patriótico, protegiendo los logros alcanzados y a seguir luchando por los ideales revolucionarios, representados en estas instituciones como un deber casi moral hacia la patria.

La construcción de una patria justa también requiere la participación activa de los pueblos. Lo que se traduce en que deben tener voz y voto en las decisiones que afectan sus vidas. Es necesario hacer la democracia material, participativa, donde las comunidades tienen la capacidad de influir en las políticas públicas, es esencial para garantizar que las necesidades de todos sean atendidas y que se fomente un sentido de pertenencia y responsabilidad colectiva.

La patria como espacio de justicia social es un ideal que requiere un compromiso colectivo, implica la construcción de un entorno donde todos los ciudadanos puedan acceder a oportunidades, donde se respete la dignidad humana y donde la solidaridad y la participación sean la norma. Solo así podremos transformar la noción de patria en un verdadero refugio de justicia y equidad, donde cada persona pueda prosperar y contribuir al bienestar común. La patria, entonces, se convierte no solo en un lugar geográfico, ni en la comunión respecto de ciertos símbolos, sino en un espacio donde florecen los valores de la justicia social y la dignidad humana.

Los discursos sobre la patria deberían estar marcados por un fuerte sentido de identidad nacional, justicia social y soberanía. A través de ellos inspirar a las generaciones presentes y futuras a comprenderla desde esta otra dimensión, que se propone, para así construir un Chile verdaderamente libre, independiente y digno.

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