Codelco puede más y merece un mejor socio para el Salar de Atacama
El nombre Codelco representa a la Corporación Nacional del Cobre de Chile, empresa autónoma propiedad del Estado. Su giro principal es explorar, desarrollar y explotar recursos mineros, procesarlos para producir cobre refinado y subproductos, para luego comercializarlos a clientes en todo el mundo. Cuenta con 7 divisiones mineras: Radomiro Tomic, Chuquicamata, Gabriela Mistral, Ministro Hales, Salvador, Andina y El Teniente.
A estas operaciones se suma la división Ventanas, dotada de instalaciones de fundición y refinería. En 2022 produjo más de 1.445.000 toneladas de cobre, generando excedentes de más de US$ 6.500 millones. A lo largo de su historia, Codelco ha entregado a Chile unos 84 mil millones de dólares contribuyendo a que nuestro país esté hoy entre las 5 potencias mineras más grandes del orbe.
En la industria minera internacional, donde Chile se ubica entre los mayores productores, un aspecto clave en alianzas o asociaciones de empresas mineras es la trayectoria legal y ética del potencial socio a tener. Lamentablemente para Chile y Codelco, SQM no cumple con ese requerimiento fundamental. Desde su origen, claramente ilegítimo, incluyendo además varios conflictos legales con el Estado y Corfo, hasta hoy vigentes.
Peor aún, SQM paralelamente está invirtiendo en Australia más de US$ 1.000 millones en un yacimiento litífero (Azure, Mount Holland y otros prospectos) con lo cual se convierte en competidor abierto de su propio país de origen. Australia es hoy el principal productor de litio del mundo.
En lo técnico, sorprende que Codelco necesite un operador puesto que aporta 50 años de experiencia en megayacimientos cupríferos muchos más complejos que la extracción de salmueras casi superficiales, donde por medio de un mecanismo natural como es la evaporación se concentra el litio del salar. Codelco aporta medio siglo de experiencia exitosa en desarrollo y producción líder de cobre (más molibdeno, renio, oro y plata). Todo efectuado por trabajadores, técnicos y profesionales chilenos.
Sería más apropiado compartir solo el 20% de la operación del Salar de Atacama con un socio que pague por ese privilegio y que tenga, por ejemplo, experiencia probada en producción de automóviles eléctricos o mejor aún maquinaria para nuestra minería. Adicionalmente, la baja del precio del litio recomienda descartar el memorando de entendimiento con SQM en estudio y concentrarse en el Salar de Maricunga, que abriría un nuevo frente de producción con Codelco a la cabeza.
Invito al Congreso Nacional, Corfo, Comisión Chilena de Energía Nuclear, Instituto de Ingenieros de Minas, Cochilco, Sociedad Geológica, Colegio de Geólogos, universidades y organizaciones comunitarias a debatir democráticamente, para preparar algo de acuerdo a las necesidades de un país rico en minerales y dotado de trabajadores, técnicos y profesionales experimentados que debe superar una desigualdad impresentable afectando incluso a nuestros pueblos originarios. Nuestros extraordinarios yacimientos de litio lo permitirán si nos hacemos cargo.
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