Cooperativas en Chile: potenciando el desarrollo económico y social de país

Las cooperativas son un modelo de organización económica que ha demostrado ser altamente beneficioso para el desarrollo local y el crecimiento de diversos sectores en Chile. Estas asociaciones democráticas se caracterizan por promover la colaboración, la equidad y la participación activa de sus miembros en la toma de decisiones, generando resultados positivos tanto a nivel económico como social.

En la actualidad, Chile cuenta con un creciente movimiento cooperativo que abarca diversos sectores productivos, de servicios y de consumo. Según datos actualizados del Ministerio de Economía, a mayo de 2023 existen 1.728 cooperativas activas en el país, las cuales agrupan a más de 2,1 millones de personas. De estas, 568 entidades están vinculadas a la agricultura y la pesca, cuyos socios superan las 16.400 personas.

A inicios de este mes, al conmemorar el Día Internacional de las Cooperativas (1 de julio), destacamos su contribución hacia una mayor inclusión económica y social en los territorios rurales, ya que permiten superar las brechas de los productores, especialmente de la agricultura familiar campesina y la pesca artesanal. Al ser organizaciones autónomas y democráticas, las cooperativas se centran en satisfacer las necesidades de sus miembros y de la comunidad en la que se insertan, facilitando el acceso a los recursos productivos y los mercados, creando nuevas oportunidades de empleo, promoviendo una participación activa y distribuyendo los beneficios económicos entre todos sus miembros, independientemente de su género, edad o nivel educativo.

Hay importantes casos de éxito entre las cooperativas del sector agropecuario, como Campocoop, Capel, Colun, Coopeumo, Unaf, entre otras, las cuales se han transformado en un verdadero motor para el desarrollo rural de nuestro país. Pese a ello, la gran mayoría de las nuevas cooperativas agrarias son pequeñas, no cuentan con estrategias claras para desarrollar sus negocios y son débiles en aspectos organizacionales; mientras que, en el caso de las cooperativas pesqueras, su participación aún es muy incipiente.

El Estado, a través de distintos gobiernos, ha promovido el desarrollo de las cooperativas, facilitando los trámites para su creación, otorgando incentivos tributarios y generando instrumentos de acompañamiento para su crecimiento y desarrollo. Estos esfuerzos han sido significativos, pero aún se requiere de una institucionalidad más robusta, que pueda reducir la fragmentación y congregar a distintos actores públicos y privados, subsanar brechas que no se estén abordando, coordinar las iniciativas estatales y evitar duplicar esfuerzos. Todo ello en miras de establecer una hoja de ruta a largo plazo para la consolidación del cooperativismo chileno.

En ese sentido, el Gobierno de Chile está impulsando la creación del Instituto Nacional de Asociatividad y Cooperativismo, y el fortalecimiento de la actual Ley de Cooperativas. Desde la FAO valoramos esta iniciativa y seguiremos prestando apoyo técnico para su implementación. Es importante seguir promoviendo el crecimiento de las cooperativas en Chile, reconociendo su potencial transformador y su capacidad para construir una sociedad más justa, sostenible e inclusiva.

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