En la normativa del sistema educacional chileno la asistencia a la escuela debe ser al menos 85%, si baja de esta cifra hablamos de un ausentismo crónico, ya que con un porcentaje inferior es causal de repitencia del curso y derivaciones externas, como la respectiva oficina de protección de derechos (OPD).
Sabemos que la escuela es el espacio de aprendizaje y de sociabilización de los niños, niñas y adolescentes. Es el ambiente donde se crean lazos afectivos, contiene la posibilidad de ser un lugar de amabilidad, de construir confianza, de crear el sentido de pertenencia, que es fundamental para el desarrollo socioafectivo de los estudiantes y los conduce a una adultez con seguridad, tan necesaria y saludable.
La inasistencia reiterada claramente genera dificultades en el aprendizaje, ya que -al no estar en el espacio del desarrollo pedagógico- muchos de los elementos que componen la didáctica de la clase se pierden al no recibirlas de forma oportuna, afectando de esta forma el aprendizaje y los resultados académicos.
Isabel, va en 8° básico, su asistencia es menor a 70%, cuando asiste a la escuela se siente incómoda, pareciera no entender de qué están hablando, ni el sentido del colegio. Al faltar de forma reiterada se siente bombardeada por el ritmo de la clase que exige el conocimiento previo, que se desencadena, como una secuencia, que es una provocación al saber, que retumba cual eco en su dañada ansiedad y estrés.
¿Cómo podemos conocer de la Guerra Fría sin haber pasado por lo horrible de la Segunda Guerra Mundial? ¿Cómo entender el sentido de lo árido sin un trabajo de campo el desierto de Atacama? ¿Cómo alcanzamos a comprender el deslizamiento de los pingüinos si no estudiamos su anatomía y hábitat? Aristóteles decía "el todo es mayor que la suma de las partes", y para eso debemos conocerlas.
Mineduc entrega la cifra de 50.814 estudiantes desvinculados del sistema educacional durante el año 2023, porque -tal como Isabel- sienten que hay una avalancha, que cual nieve acumulándose, se les viene encima, y ese peso frío los acompaña incluso en los meses con más calor, lo llevan impregnado y se les hace difícil mantener las amistades, encontrar grupos de trabajo y tener vínculos con los profesores. La vorágine de la escuela se los va devorando en soledad y sin mirar hacia atrás, son las causales del no estar.
La Agencia de Calidad de la Educación postula que el ausentismo crónico es el mejor predictor de la deserción escolar. Cuando se abandona el sistema educativo, la brecha entre el colegio y el estudiante va creciendo. Comienza como un riachuelo que se va convirtiendo en todos los océanos juntos, imposible de navegar, la carta náutica se va haciendo borrosa, dejando una posición geográfica inestable, impredecible, pero que vaticina una tormenta.
Probablemente, Isabel sea un gris número más en la cifra de abandono escolar, quizás ella sienta que no pertenece a ninguna parte, quizás no logra ver puerto, quizás tirará su ancla antes de tiempo.
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