De Gaza a Belén: islam radical y opresión de los cristianos

Gil Artzyeli

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Durante muchos años, Rami Ayyad fue el referente de la vida cristiana en Gaza. Dirigía The Teacher's Bookshop, la única librería cristiana en la ciudad, y organizaba las actividades culturales y espirituales de la Sociedad Bíblica Protestante.

En 2007, cuando Hamás dio el golpe de Estado y lanzó por las ventanas de los edificios a los dirigentes de la Autoridad Nacional Palestina, comenzó una cruenta persecución religiosa por parte de los palestinos de Hamas contra los "infieles". Rami era una de las primeras voces cristianas que había que acallar. Por eso, fue secuestrado frente a su propia familia y luego asesinado por un grupo de enmascarados, cuando tenía sólo 26 años de edad.

Durante los últimos años, en la Franja de Gaza se ha hecho cada vez más difícil ejercer la fe cristiana, producto de la intolerancia de los grupos islamistas palestinos que imponen su ideología por la fuerza. Según un estudio realizado por el Centro Palestino de Políticas e Investigación de Encuestas en 2020, el 70% de los palestinos cristianos que viven en Gaza informaron que al menos una vez un musulmán les dijo que estaban "destinados a arder en el infierno", entre otros insultos. Por eso, desde que Hamás tomó el control en 2007, el número de cristianos en Gaza bajó rápidamente de 3.000 a menos de 1.000.

Del mismo modo, en Belén, la cuna de Jesús y ciudad históricamente de mayoría cristiana, los cristianos pasaron a ser una minoría perseguida. De hecho, su número cayó en 70% desde que Israel entregó el control de esta ciudad a los palestinos en 1995, en el marco de los Acuerdos de Oslo.

A lo largo del siglo XX, el número de cristianos en Oriente Medio comenzó a sufrir un golpe drástico producto de la intolerancia del islam fundamentalista, que los trataba como ciudadanos de segunda clase. Los cristianos, que alguna vez representaron alrededor del 20% de Medio Oriente, hoy no llegan a 5%. Y el único lugar en Medio Oriente donde la comunidad cristiana crece y florece es en Israel.

Para distraer a la opinión pública del deterioro de la vida cristiana en los territorios que los palestinos controlan, ahora ellos están arremetiendo con una nueva mentira histórica, intentando promover la idea de que hasta Jesús era un palestino musulmán, esto a pesar que nació 600 años antes que el advenimiento del islam. Las raíces de esta falsedad se pueden encontrar en la estrategia palestina de negar una verdad simple y clara: la tierra de Israel, la Tierra Santa, es la patria de los judíos, donde ha habido presencia judía durante los últimos 3.300 años. De hecho, Jesús, judío descendiente de la tribu de Judá, conocía la tierra en que vivió como Judea.

En nuestros tiempos, incluso las narrativas mentirosas tienen influencia, pero todavía la verdad sigue siendo la verdad. El camino hacia la paz debe comenzar por el respeto y la tolerancia de los palestinos a su propia gente, incluyendo las mujeres, también a los cristianos y, si no es mucho pedir, a los judíos.