Nuevo proceso constitucional: estar alerta y no retroceder

Débora Solís

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Los/as chilenos y chilenas nos encontramos nuevamente en las urnas para elegir a los/as 51 consejeros/a constitucionales que participarán en la creación de una nueva propuesta de Carta Magna.

Quienes fueron elegidos/as tienen la misión de continuar con el trabajo iniciado por la comisión de expertos, incorporando o modificando las normas en la discusión del organismo, para que así, el país expectante ante este proceso, pueda sentir la tranquilidad de que en el debate están incorporadas las visiones de todos los sectores.

Una discusión fundamental que no puede quedar fuera de este proceso, son los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos. Estos, en tanto derechos humanos, deben ser comprendidos como una base de vital importancia, ya que afectan a todas las personas, y su garantía es relevante para el desarrollo del país.

En ese sentido, todas las personas deben recibir información, educación y acceso a servicios relacionados con la sexualidad, para así decidir sobre sus cuerpos en materia de salud sexual y salud reproductiva para tener vidas plenas y saludables.

Debemos estar en alerta, ya que no podemos permitir que doctrinas religiosas o las perspectivas morales individuales se instalen en la discusión, haciendo que los avances que hasta ahora hemos tenido, particularmente las mujeres en materia de derechos sexuales y reproductivos se vean afectados.

Como país tenemos una nueva oportunidad para crear una Constitución que promueva una sociedad donde todas las personas, independiente de su género, edad, identidad y orientación sexual, participen en condiciones de igualdad.

Esto es posible únicamente poniendo los derechos de las personas como protagonistas, a través de por ejemplo, la educación integral en temáticas de sexualidad y garantizando acceso a servicios e información que les permita a todas y todos tomar decisiones conscientes sobre nuestros cuerpos.