Síntomas no motores de la enfermedad de Parkinson

Pablo Salinas Carrizo

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La enfermedad de Parkinson es una afección crónica de la cual aún desconocemos su causa final, pero en la que ya conocemos su presentación clínica. Afecta de 1 a 2 % de las personas sobre los 65 años, por lo que se ha convertido en un problema relevante de salud pública, siendo GES (AUGE) desde hace 13 años.

Es importante saber que los primeros síntomas claros de la enfermedad son la pérdida de olfato y/o disminución de la capacidad de discriminar olores, hecho que se inicia progresivamente al menos unos 10 años antes de aparecer los síntomas motores clásicos de la patología.

Luego de 5 a 6 años, la mayoría de los pacientes comienzan con el "trastorno conductual del sueño REM", vale decir movimientos agitados durante la noche en el momento que tienen actividad onírica, generalmente a altas horas de la madrugada. Vale decir, las personas actúan sus sueños, lanzando puntapiés o puñetazos.

Otras veces puede ocurrir que, por estos movimientos, la persona se caiga de la cama o le caigan objetos ubicados en muebles que están ubicados alrededor del lecho. En estos casos el afectado no recuerda nada de la situación (está durmiendo) y quien relata los sucesos es quién los acompaña durmiendo en la cama.

Luego de esos 5 a 6 años, las personas comienzas con los síntomas motores de la enfermedad: bradicinesia, que es el tener pocos movimientos, lentos de escasa amplitud. A esa característica se puede agregar rigidez corporal, temblor de reposo y/o tendencia a las caídas. Vale decir, el temblor no es el síntoma principal.

El reconocimiento temprano de los síntomas debe alentarnos a consultar y poder realizar un diagnóstico temprano, para poder iniciar el tratamiento que es eficaz en lograr que las personas tengan una vida normal.