Coescrita con Francisca Gallegos Jara, subsecretaria de Servicios Sociales
Todos y todas conocemos al menos a una persona que ejerce tareas de cuidados, ya sea para hijos, nietos, personas mayores o que viven con alguna discapacidad. Probablemente, muchas de ellas no se consideran a sí mismas como cuidadoras. Por eso la creación de Chile Cuida, el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, tiene un potencial de impacto en el cotidiano de las personas, con beneficios que se extenderán a la sociedad en su conjunto, permitiendo avanzar hacia un país más equitativo.
El Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, Chile Cuida no solo busca proporcionar apoyo a quienes cuidan o a quienes requieren cuidados, sino también revalorizarlo como una tarea fundamental en nuestra sociedad. Históricamente, esta labor ha recaído mayoritariamente sobre las mujeres. Casi 9 de cada 10 personas que realizan esta función en Chile son mujeres, perpetuando considerablemente la desigualdad de género y la injusta distribución del trabajo de cuidados. Sin embargo, al otorgarle un sitial de relevancia, abrimos la puerta a nuevas formas de concebir y proveer este derecho, que es esencial para que la sociedad chilena avance hacia un modelo más justo e inclusivo.
Uno de los aspectos innovadores de Chile Cuida es su enfoque descentralizado y adaptado a las particularidades regionales del país. Reconocemos que las necesidades de cuidado en una comunidad rural del sur pueden ser diferentes a las de una zona urbana en el norte. Es por este motivo que el sistema debe ser flexible y adaptable, permitiendo que cada territorio desarrolle soluciones específicas que respondan a sus realidades locales. Así lo vimos en el primer Centro Comunitario de Cuidados, inaugurado en junio por el Presidente Gabriel Boric en Arica.
Estos centros, dirigidos al bienestar de las personas que cuidan y que requieren cuidados, tienen espacios para que las personas cuidadoras se formen, se capaciten a través de talleres y charlas, además de recibir acompañamiento y servicios. Mientras, en paralelo, las personas que requieren cuidados recibirán atención en otra sala del centro. Este enfoque promueve la equidad territorial, asegurando que todas las personas, independientemente de donde nacen o viven, tengan acceso a los apoyos y cuidados que necesitan.
Otra de las características del sistema es que pone énfasis en construir redes de apoyo comunitarias, que no solo ofrecen soporte a las personas y sus familias, sino que también fortalecen el tejido social y reconocen toda la experiencia en cuidados que albergan las propias comunidades y las familias.
Fomentar comunidades solidarias donde el cuidado es una responsabilidad compartida contribuye a una sociedad cohesionada y resiliente. Las iniciativas comunitarias, como los grupos de apoyo y las redes de voluntariado, son esenciales para crear un entorno donde el cuidado es valorado por todos.
El Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados en Chile no solo es una respuesta a la necesidad urgente de apoyar a personas dependientes en una sociedad que avanza hacia el envejecimiento, sino que es una apuesta por transformar nuestra sociedad a través de una política que pone en el centro el valor del cuidado, como un trabajo y la relevancia de lo comunitario como una alternativa más inclusiva y solidaria.
Como Gobierno del Presidente Gabriel Boric, estamos comprometidas con esta visión transformadora que reconoce que no hay sociedades posibles sin el cuidado, que se erige como un pilar fundamental para el desarrollo humano y social. Chile Cuida es un paso decisivo hacia la construcción de una sociedad que valora, cuida y protege a todas y todos sus integrantes.
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