Ante la posibilidad que dicho Ministerio sea una realidad en unas pocas semanas, es necesario marcar algunas pautas respecto de las características y cualidades que debe tener quien lo dirija. Lo primero, es aclarar que no se trata de un Ministerio de Ciencias y sólo de ciencias y eso es fundamental. Luego, tampoco es la continuación de la Conicyt, pues se trata de un órgano distinto y con otras competencias.
Quien lidere y conduzca esta cartera, esencial para llevar a Chile al desarrollo, debe ser alguien que se mueva con naturalidad en todo el ecosistema que este Ministerio llega a ordenar. Que su hábitat natural sea el terreno de gestionar el conocimiento, los intangibles, la tecnología, la innovación, que entienda y haya conversado con el mundo de la ciencia, que participe de la Academia, que tenga el relacionamiento necesario con el sector productivo, y del emprendimiento del país y la empatía con la clase política.
Todo lo anterior es fundamental para que esta cartera cumpla con su rol.
Por lo tanto, insisto en que el que dirija este esperado Ministerio debe tener una visión macro de este ecosistema, para, por ejemplo, saber dónde se debe poner los recursos, para que haya un equilibrio necesario en ámbitos tan trascendente como la investigación básica y aplicada.
El nuestro es un país subdesarrollado y con una economía aún pequeña, que depende de los commodities. Ese escenario ahora puede empezar a cambiar, ya que en esta sociedad digital necesitamos mirar más allá de las fronteras. Por ello, el que ocupe este puesto debe ser capaz de articular las necesidades del sector productivo y lograr que converse con las investigaciones de las universidades.
Debe tener experiencia con políticas públicas asociadas a la innovación, el patentamiento; debe tener la claridad acerca de que necesitamos impulsar el aumento del I+D+i en Chile. Donde la investigación debe estar al servicio de los ciudadanos y llegar a las regiones, a todos los rincones del país, para que todos tengan un mejor pasar y bienestar. Así todos ganamos.
Vamos por más. El ministro debe alinear la investigación con áreas de crecimiento, que den valor a la sociedad en su conjunto.
Debe propiciar las alianzas público-privadas, lo que nos permitirá avanzar hacia la economía del conocimiento, que se hace tan necesaria. No olvidemos que la colaboración es su base. Tenemos recursos inmensos en la comunidad de emprendedores que hay que Chile, por y para ellos, se debe ampliar las fronteras del conocimiento.
Y es que un Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Conocimiento tiene una importantísima labor. Sólo por mencionar algunas, fomentar la educación científica y tecnológica; la capacitación y las habilidades tempranas; los desarrollos tecnológicos; el capital humano avanzado. No nos olvidemos que un millón de empleos van a ser desplazados por las nuevas tecnologías, y que debemos estar preparados para ello.
Nuestro llamado es a tener en cuenta lo expuesto, porque no podemos postular a alguien de manera antojadiza. Todos queremos que este Ministerio cumpla a cabalidad su rol, en un tiempo digital que es clave para el país.
No podemos perder la oportunidad ni hacer ensayos, si es que de verdad queremos llevar a Chile al desarrollo en la próxima década.
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