Nos encontramos en un momento histórico en que, con la fuerza de la movilización social, avanzamos hacia una profundización democrática, que resultaba indispensable para nuestro país. Con el triunfo masivo del Apruebo, comenzamos a abrir la puerta a cambios institucionales largamente anhelados e indispensables para hacer las transformaciones que se han visto bloqueadas por décadas debido a la Constitución de Pinochet.
No va a ser un camino corto y demanda una alta responsabilidad de los liderazgos políticos para avanzar en la dirección que la ciudadanía demanda. Sin embargo, este proceso coincide con otras definiciones de participación ciudadana que son mucho más inmediatos.
En abril, elegiremos representantes a la Convención Constitucional, elegiremos alcaldes y concejales, pero también elegiremos Gobernadores Regionales.
La falta de empatía, la poca capacidad de escucha, la vocación represiva del actual Intendente - quien se ha visto superado por la movilización social, primero, y por la Pandemia de Covid-19 después - ejemplifica por qué necesitamos con urgencia que la principal autoridad de cada región sea elegida por los ciudadanos y le rinda cuenta a ellos y no al Presidente de turno.
Es un justo balance de poderes, pero además es una necesidad para quienes hemos conducido gobiernos locales y nos topamos muchas veces con decisiones del nivel central que no toman en cuenta las realidades particulares de cada territorio.
Por supuesto, esperamos elegir un Gobernador Regional que trabaje codo a codo con los alcaldes, que esté presente en las comunas, en diálogo con las organizaciones sociales y que fundamente sus decisiones en una participación social vinculante.
La envergadura de las necesidades de nuestra región en esta crisis socio sanitaria es una manifestación más de la desigualdad y exige superar las miradas tecnocráticas, los procedimientos habituales, el diálogo fragmentado y las gestiones burocráticas, para actuar con verdadera vocación transformadora en pro de la justicia territorial y social.
No da lo mismo quien sea Gobernador Regional, tanto respecto de su comprensión del rol del Estado en la protección de las personas, como en su capacidad política de representar con fuerza la voz de la Región ante autoridades centrales tan poderosas como las definidas aún nuestro ordenamiento institucional.
Este domingo 29, distintos sectores definirán de manera democrática quién será candidato en abril a este cargo.
Yo he apoyado públicamente al doctor Álvaro Erazo, pero, con independencia de la preferencia de cada uno, es fundamental que todos nos sintamos movilizados para ir a votar. Así como se exige mayor participación y más democracia, debemos ser capaces de utilizar todos los espacios que se abren y el domingo no es una excepción.
Estos procesos de elección ciudadana son perfectamente complementarios con un desafío histórico que enfrentan nuestros líderes políticos, con independencia de los mecanismos, para alcanzar los objetivos que la ciudadanía nos exige, resulta fundamental la unidad de toda la oposición, tal como ha ocurrido en otros momentos definitorios de nuestra historia reciente.
No me cabe duda que la combinación entre liderazgos políticos adecuados y ciudadanos activos nos llevará a concretar los cambios que tanto necesitamos los chilenos.
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