Caminando hacia ciudades saludables

El sobrepeso y la obesidad afectan directamente el bienestar físico-psíquico y la calidad de vida de las personas que la padecen. En Chile, la última Encuesta Nacional de Salud 2016- 2017 evidenció que 39,8% de la población tiene sobrepeso, 31,2% tiene obesidad y 3,2% tiene obesidad mórbida.

En esta línea, el Informe Mapa Nutricional del año 2019 de la Junaeb señala que 52% de los escolares chilenos tiene sobrepeso u obesidad, siendo los estudiantes de 5° básico quienes presentan en 60% algún grado de malnutrición por exceso.

Según los últimos datos publicados por la OCDE, Chile se encuentra entre los 10 países con mayor obesidad y sobrepeso. Esto nos obliga a pensar e implementar estrategias urgentes, como por ejemplo, lograr construir ciudades saludables. Las "ciudades saludables o healthy cities" tienen como fin fomentar hábitos y estilos de vida sanos en las personas, pero que al mismo tiempo se puedan mantener en el tiempo, con el fin de contribuir en el mejoramiento de los indicadores de salud comunitarios.

La creación en las ciudades de entornos saludables, entendidos como espacios urbanos o rurales en los que se desarrollan la mayoría de las actividades de la vida diaria de las personas, como son el hogar, escuelas o lugares de trabajo, requieren ser abordadas integralmente desde salud, transporte, medio ambiente y urbanismo, entre otros.

El desafío de promover una movilidad saludable se impulsa desde hace tiempo por la OMS, como un elemento clave de crear salud, fortaleciendo la calidad de vida y bienestar de las personas, con el fin de prevenir enfermedades, disminuir el estrés, contribuir con un envejecimiento activo o proteger al medio ambiente.

Es valorable que las nuevas autoridades de Gobierno intenten impulsar acciones que van en esa línea, como por ejemplo, llegar a los ministerios en bicicleta, a pie o transporte público, haciendo un llamado directo al desincentivo del automóvil. Estas acciones inician un camino hacia un cambio de comportamientos, que si bien no son inmediatos, sientan bases para una planificación, diseño y desarrollo de ciudades saludables basadas en indicadores nutricionales, medioambientales, de seguridad vial y que impactan en la mayoría de la población.

Moverse de manera saludable requiere que los territorios, gobiernos y personas asuman compromisos permanentes en la construcción de políticas públicas con un marcado enfoque intersectorial, centradas en las reales necesidades de las personas, garantizando accesibilidad, sostenibilidad y seguridad.

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