El 13 de marzo de 2024 se cumplieron 130 años del nacimiento del poeta Pablo De Rokha(1), cuya impronta poética y política mantiene su vigor y permanencia. Y digo "poética y política" porque la obra de De Rokha está íntimamente ligada con el factor político. Poética y asuntos públicos van de la mano en sus versos, son inseparables, aunque a los apologistas del canon y la academia les cause urticaria.
De hecho, De Rokha definía su estética como "la gran épica social de América", a través de la cual buscaba crear conciencia social. Para él, el arte y la literatura debían tener, como fundamento, una orientación social y política. Esto sin desconocer ni despreocuparse de lo netamente literario o de temas clásicos de la poesía como el amor, la muerte o la naturaleza. De Rokha toma como base de su argumento el desarrollo del mito, de la leyenda, a la que define como "la intuición poética de los pueblos", que es la que crea la leyenda, es decir, la "interpretación artística de la realidad" a fin de reemplazar la "interpretación científica de la realidad", ya que se la impide [al pueblo] la clase explotadora.
Es en el fondo la manera de superar la enajenación por parte del pueblo, sublimando la realidad, no evadiéndola. En palabras de De Rokha, "la recrea, la supera con ella adentro", engendrando lo "mítico-legendario". También explica que "todo lo artístico es político, pero los grandes artistas son líderes artísticos, no líderes políticos; precisamente porque todo lo artístico es político, pero es político porque es artístico, no es artístico porque es político". Algo que siempre tuvo claro, y jamás cedió en aquellos conceptos a pesar de las diatribas en su contra por parte de una comunidad literaria presa de los prejuicios, el catolicismo y el idealismo filosófico. En "Heroísmo sin alegría" (1926), a cuatro años de la publicación de "Los gemidos" (1922), expresa: "Como yo conozco de dónde depende mi estilo, no me espanta ni mi cara ni mi alma". A buen entendedor pocas palabras, reza el refrán.
Pablo De Rokha, además de sus libros, publicó muchos poemas en revista Multitud, de la cual fue su fundador y director. En esta revista también entregaba sus posturas políticas ante los acontecimientos nacionales e internacionales que acontecían; su lema era "Revista del Pueblo y la Alta Cultura".
La obra de De Rokha comienza a ser rescatada del olvido (por decirlo de alguna manera) gracias al profesor Naín Nómez, a partir de su libro "Pablo De Rokha: una escritura en movimiento" (1988), y luego como editor de la autobiografía del poeta (publicada por Pehuén), de sus obras inéditas y la reedición de "Los gemidos" (publicadas por LOM). Más adelante publicó varias antologías y trabajos sobre Pablo De Rokha. Con el tiempo fueron aumentando los lectores y hoy varios de sus libros han sido reeditados por distintas editoriales en Chile, y algunos de ellos traducidos y publicados en el extranjero.
En 2020, Ediciones Estrofas del Sur publicó "China Roja", el único libro que permanecía inédito del poeta. En todo caso, aún falta mucho para que la obra de De Rokha alcance una difusión masiva y se estudie en colegios y universidades como la de algunos de sus compañeros de generación, Vicente Huidobro, Gabriela Mistral y Pablo Neruda, en particular. En todo caso, es importante señalar que, en los años anteriores al golpe de Estado de 1973, hubo muchos escritores y críticos que valoraron la obra de De Rokha y escribieron positivamente acerca de ella. Podemos mencionar al propio Neruda antes de la enemistad que los distanció, a Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, Carlos Droguett, Juan de Luigi, Joaquín Edwards Bello, Mahfúd Massís, Fernando Alegría, Mario Ferrero, Luis Sánchez Latorre, etcétera.
Desde la publicación de "Los gemidos" en 1922, hasta su muerte en 1968, la figura del poeta, de una u otra manera, siempre estuvo presente. A pesar de todos los intentos por acallarlo hubo personajes de la comunidad literaria, la política y los movimientos sociales que vieron en él y su obra consecuencia, dignidad y talento. Un ejemplo es cuando en 1962 la Municipalidad de San Miguel, encabezada por el alcalde Tito Palestro, le otorgó el Premio Nacional del Pueblo, rindiéndole un concurrido homenaje público y popular. Aquel año nuevamente le había sido negado el Premio Nacional de Literatura, que recayó en Juan Guzmán Cruchaga.
Respecto a la vida del poeta, es importante señalar que es hora de que se vaya separando el mito de la realidad y se estudie su poesía sobre la base de su estilo e intención, sin prejuicios ni interpretaciones sesgadas. Los objetivos de la poética rokhiana, como indicábamos, son claros y se debe realizar su lectura teniéndolos en cuenta. Se han escrito ya bastantes páginas con anécdotas y acontecimientos muchas veces de dudosa veracidad sobre la vida del poeta, lo que en todo caso no debería extrañar en un país chismoso y genuflexo ante el conservadurismo. Cuando esto ocurre, la obra se pierde entre la farándula de los anecdotarios y la superficialidad de los lectores de oídas y solapas. Quien haya leído la obra de Pablo De Rokha, concienzudamente, se habrá dado cuenta de su motivación y potencial literario, histórico y de profundas raíces identitarias ligadas, fundamentalmente, a la idiosincrasia nacional.
La conciencia social de De Rokha iba a la par de su existencia social, incluso en muchas ocasiones se le adelantaba en sus visiones, demostrando además una cultura universal de la que muy pocos escritores chilenos podrían presumir. Si en la Grecia monumental existió un Homero, en la India un Valmiki y en Italia un Dante, en Latinoamérica existió un De Rokha, poseedor de un canto tan poderoso como el canto de aquellos poetas seculares.
(1) Respecto a la fecha de nacimiento del poeta, al parecer existiría un error. De Rokha habría nacido un día 13 de marzo y no un 17 de octubre, como lo indican las publicaciones sobre él. La confusión se debería a que, si bien nació el 13 de marzo, fue inscrito en el registro civil el 17 de octubre. De hecho, la información la encontramos en el texto "Carta abierta a Hernán Díaz Arrieta (Alone)", publicada en 1954 y recogida en el libro "Pablo De Rokha y la revista Multitud" (DasKapital Ediciones, 2014) de Daniel Rozas Reymond. Dice el poeta: "el 13 de marzo cumplí los sesenta; pero celebré sólo el hecho..." (Página 112 del libro citado). Esta nota fue tomada del libro: "Pablo De Rokha, antología esencial" (Ediciones Estrofas del Sur, 2023/eBook).
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