Fútbol femenino, una aproximación

A comienzos de los '90, la hermana de una amiga me preguntó si podía dirigir a un grupo de mujeres universitarias, al cual le encantaba ver y jugar el fútbol. Esto me lo solicitó porque, en aquél tiempo, era relativamente conocido en el Campus Oriente por mi devoción futbolística.

Mi respuesta espontánea fue ¿qué? ¿Mujeres jugando fútbol?, disculpa pero es un deporte de hombres. Su reacción fue también inmediata ¡eso es lo que tú crees! somos varias a las que nos gusta el fútbol y no hay ningún problema en ello. Veo que desgraciadamente eres un machista. Antes tal cuestionamiento, le puse mayor atención y escuché sus argumentos. Estos fueron tan convincentes que debí retractarme y por lo tanto, decidí ser el director técnico, o el míster como dicen aquí en España, de un inédito y desafiante grupo de universitarias.

Creo que entrenamos en dos o tres ocasiones y luego, por falta de quorum, suspendimos las actividades. Se me indicó que fue por falta de tiempo, aunque nunca sabré si este incipiente fútbol universitario femenino no se desarrolló en plenitud por la ineptitud del DT. Quizás no estuve a la altura y eso nunca lo sabré, aunque debo confesar, luego de tantos años, que me divertí siendo el míster de aquellas jugadoras. En fin, esa fue mi primera aproximación al fútbol femenino.

Mi segundo acercamiento sería en Estados Unidos y nada menos que en su capital, Washington DC. Allí comprendí in situ por qué son las gringas ocupan el primer lugar en el ranking de la FIFA. Si usted no lo sabe, comparto cuales serían, a mi juicio, sus causas:

En la infancia el fútbol es parte de la malla curricular deportiva tanto de niños como de niñas. Este es un hecho muy interesante, porque como señala el psicólogo deportivo Pavel Koppmann, con quien he conversado esta materia, las niñas -por ejemplo- son mucho más técnicas que los niños y, por supuesto, más maduras en esa etapa.

Asimismo, en algunas ligas o campeonatos amateurs es una exigencia registrar en la nómina del equipo a mujeres. Incluso, una de ellas debe estar desde el primer minuto y hasta el final en la cancha. Como muestra de esto, les comento que en el campeonato anual de fútbol que organiza la Organización de Estados Americanos OEA (al menos, entre los años 2013 a 2018) era obligatorio incorporar a mujeres en los respectivos equipos.

Otro motivo por el cual las norteamericanas disponen de la mejor selección femenina es resultado de sus universidades, ya que éstas fomentan esta disciplina deportiva. Como es conocido, estudiar en Estados Unidos implica un enorme gasto y por ello la obtención de una beca deportiva resulta fundamental para una familia que no puede permitirse el lujo de financiar una carrera profesional. En consecuencia, el fútbol femenino se transforma en una opción o posibilidad para acceder a un centro superior de estudios.

De la misma manera, conviene recordar que la opinión pública anglosajona, en especial a partir de este siglo, ha sido una promotora de la igualdad y equidad de género. Es por ello, que en esta visión o concepto anglosajón, no debiera resultar extraño o inusual que un grupo de niñas y/o mujeres decidan practicar soccer, como sí lo sería, por ejemplo, llevar a cabo esta actividad deportiva al Emirato Islámico de Afganistán.

Por lo anterior, es que el número de aficionadas ha aumentado exponencialmente en Estados Unidos, pero también en el resto del mundo, y por ello sería el deporte más ejercitado por las mujeres a nivel mundial.

Mi tercera aproximación al fútbol femenino ha sido en España, país que ocupa el octavo lugar en el ranking de la FIFA y dispone de la mejor jugadora de fútbol profesional (premio Balón de Oro), Alexia Putellas. ¿Qué hizo España para transformarse en una potencia en el fútbol femenino? Según la directora del Fútbol Femenino de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ana Álvarez, la gestión de su presidente -Luis Rubiales- ha sido fundamental para impulsar el desarrollo y difusión del fútbol femenino. Y lo ha logrado gracias a los aportes humanos y financieros que se han realizado. Cabe indicar que visité personalmente el lugar donde entrena la Selección Femenina de Fútbol, y doy fe que es un lujo, algo digno de imitar.

Otra razón por la cual hoy España es potencia futbolística es por un cambio cultural, el cual ha sido progresivo. Hoy a la opinión pública española le interesa lo que pasa con "La Roja" o "Las Soñadoras". Han pasado a ser figuras nacionales, al igual que su entrenador, Jorge Vilda. Sus partidos son transmitidos en directo por la televisión abierta y tienen cada vez más televidentes y sponsors.

En este punto, y sólo como referencia, quisiera indicar que nuestro país ocupa lugar 39 de la lista de la FIFA y tiene a la mejor arquera del mundo en sus filas, Christiane Endler. No obstante esta ubicación, el profesor Pavel Koppmann considera que nuestra selección femenina tiene un enorme potencial, pero eso querido lector será materia de otra columna.

Por otra parte, no puedo dejar pasar la oportunidad de resaltar el reciente triunfo de la selección inglesa, Las Leonas, quienes por primera vez en su historia conquistaron la Eurocopa femenina ante su archirrival Alemania, en el emblemático Estadio de Wembley y ante 90 mil espectadores. Este triunfo provocó una verdadera explosión de júbilo en todo Reino Unido y fue una noticia ampliamente difundida por la BBC. La propia Reina de Gran Bretaña, Isabel II, refiriéndose a las Leonas señaló: "Han dado un gran ejemplo que servirá de inspiración a las niñas y mujeres de hoy en las futuras generaciones".

Quien pensaría, al leer este epílogo, que la Federación Inglesa de Fútbol, en el año 1921, prohibió los partidos oficiales de mujeres por considerar que dar patadas al balón no era "apropiado" para ellas.

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