PSG, París y Francia… campeones de Europa

El PSG, que participaba en "la Liga de los granjeros" (farmers, tal como despectivamente decían algunos en Inglaterra) venció a grandes de la Premier League (Liverpool, Aston Villa y Arsenal) y luego en la final se coronó campeón de la Champions, al vencer al Inter.

Paris y los franceses nunca estarán para tratos despectivos. Tienen dos campeonatos del mundo, un trabajo con el semillero de jugadores jóvenes que ya quisiera cualquier país europeo y, recién no más, a la vuelta de la esquina, organizaron unos espectaculares Juegos Olímpicos. Y qué decir de su historia y cultura.

Pero claro, estaban pobres de Champions. París no la había logrado. Solo Marsella, en Francia. ¿Cuánto del valor de este título le transfiere el PSG a París y Francia como nación? Porque París no solo ganó la Champions League. Ganó algo mucho más grande: el derecho a reescribir su narrativa global (una narrativa que ya es potente para Francia y París). Según elpais.com, "París ha ganado mucho más que una copa. Ha ganado una nueva narrativa, una que combina tradición y modernidad, y que la posiciona como una ciudad vibrante, diversa y en constante evolución".

Celebró la ciudad completa. Podría asegurar que hinchas de otros equipos también celebraron, tal como en Santiago, lo hicieron hinchas chilenos rivales cuando la U ganó la Sudamericana en 2011 y Colo-Colo la Libertadores en 1991. Sé que así fue. Los países necesitan de triunfos, aunque sean del equipo rival. Porque más allá del resultado deportivo, lo que ocurre es una transferencia de valor simbólico, cultural y económico.

En este caso puntual, durante años, la Ligue 1 fue vista como una liga de "farmers", una etiqueta despectiva que la colocaba por debajo de las grandes potencias europeas. Ni siquiera la presencia de estrellas como Messi, Mbappé o Neymar logró cambiar esa percepción. Pero esta victoria, construida con una nueva generación de talentos como Désiré Doué y bajo la dirección de Luis Enrique, cambió el juego.

La imagen de la Torre Eiffel iluminada con los colores del PSG no fue solo una celebración futbolística. Fue una declaración de marca país. París, la ciudad de la moda, la gastronomía y el arte, ahora también es la ciudad del fútbol. Este triunfo se suma al reciente éxito de Francia como anfitrión de los Juegos Olímpicos, consolidando su posición en el escenario deportivo mundial. La sinergia entre estos eventos no solo eleva la reputación de la ciudad, sino que también potencia su atractivo para el turismo, la inversión y la cultura.

Desde una perspectiva de branding, el PSG ha logrado lo que muchas marcas sueñan: convertirse en un símbolo de identidad nacional. Este fenómeno demuestra cómo el deporte puede ser una herramienta poderosa para construir y proyectar la imagen de un país.

En tiempos donde las marcas buscan autenticidad y conexión emocional, el PSG ha demostrado que el fútbol puede ser el vehículo perfecto para contar una historia poderosa y resonante.

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