Chile, país de Fintech

Hace una semana, un artículo de prensa expuso que Chile se consolidaba como uno de los mejores ecosistemas en Latinoamérica para el desarrollo de empresas Fintech. En la industria, es común escuchar esta afirmación, basada en la estabilidad de nuestra economía o el amplio acceso a conexiones de Internet en la población, centrando el análisis sólo en lo local. Por lo mismo, siempre es interesante ampliar la mirada y comparar qué está pasando en la región y en el mundo que hacen de Chile un lugar atractivo para el surgimiento de este tipo de soluciones financieras. 

A fines de 2018, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista realizaron el estudio “Fintech en América Latina 2018: crecimiento y consolidación”, el cual identificó a 1.166 Fintech en la región, de las cuales el 86% se centra en cinco países: Brasil (33%), México (23%), Colombia (13%), Argentina (10%) y Chile (7%). Aunque nuestro país se encuentra en el quinto lugar, es el que presenta una mayor concentración de empresas Fintech por población, llegando a 4,17 compañías por un millón de habitantes. Solo a modo de comparación, México, país líder en esta industria- tiene 2,78 empresas por un millón de habitantes. 

Haciendo foco en Chile, este tipo de empresas  ha tenido un aumento explosivo en los últimos tres años. Entre 2017 y 2018, las Fintech chilenas pasaron de 30 a 85, lo que equivale a un aumento de un 283%, y se espera que para este año se logren superar las 100 compañías.

Además, un informe de la Comisión Nacional de Productividad de 2018 destaca que desde 2016, el ecosistema de mercado financiero basado en innovación tecnológica ha crecido considerablemente, concentrándose en medios de pago (30%) y financiamiento colectivo (24%). 

Respecto a por qué este crecimiento, hay varias reflexiones. Por un lado, de acuerdo a un estudio de Finnovista, el 40% de las startups Fintech encuestadas en Chile en 2017 tenía como mercado objetivo consumidores, además de pequeñas y medianas empresas (Pymes) no bancarizadas o sub bancarizadas. 

Este dato es tremendamente importante, porque en Chile existen más de 900.000 Pymes, siendo responsables de casi el 60% de la creación de empleo en el país. Y muchas veces no cuentan con acceso a créditos o soluciones de financiamiento que se ajusten a sus necesidades y urgencias, por lo que las Fintech tienen espacios para seguir creciendo, a la vez que ayudan a este segmento de empresas en su operación.

Gracias a las características antes nombradas, podemos entender que Chile sea un buen lugar para la creación y consolidación de este tipo de compañías.

A esto, se suma que el país cuenta con una Asociación de Empresas Fintech, que facilita la consolidación de este ecosistema, además de difundir - de cara a la ciudadanía - las ventajas de este tipo de emprendimientos.

Pero, mientras este fenómeno sigue creciendo, estamos atrasados en materia de regulación, en comparación a nuestros vecinos.

Si bien la elaboración del Withe Paper por parte de la CMF es un progreso, sería interesante avanzar en temas como la portabilidad de los datos financieros (open banking), con el fin de que esta industria pueda seguir desarrollándose y generar buenas alternativas de financiamiento para los usuarios.

Teniendo las reglas claras, junto a una regulación específica, Chile podrá aprovechar todas las ideas innovadoras y continuar creciendo en esta materia.

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