Uno de los compromisos que el Presidente Gabriel Boric estableció para sus cuatro años de gobierno en materia de agricultura fue activar y combatir una problemática que ocurre en todo el mundo: el envejecimiento de las comunidades rurales. La juventud rural es el futuro del campo chileno, y para nuestra institución es uno de los pilares fundamentales.
Por ello es que desde Indap estamos realizando distintas iniciativas para apoyar a las nuevas generaciones, porque el campo es futuro y debemos defenderlo como tal. En diciembre lanzamos "Mi Primer Negocio Rural", una iniciativa destinada a quienes tengan entre 18 y 40 años y que se implementará, en principio, en Los Ríos y Coquimbo, para atender a 100 jóvenes en cada región con un presupuesto cercano a los $1.000 millones. Este nuevo impulso hacia la juventud rural está destinado a que este segmento mejore sus ingresos por venta de actividades productivas.
Este programa busca apoyar a estos jóvenes para que mejoren sus ingresos por venta de sus actividades productivas silvoagropecuarias y/o conexas, facilitando que ellos puedan asumir un rol de relevo de las generaciones envejecidas de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena (AFCI).
La migración del campo a la ciudad es un fenómeno que ha estado presente en nuestra sociedad desde los inicios del siglo XX y que desde entonces ha sido continuo, en la búsqueda de mayores oportunidades y mejor calidad de vida.
En la medida que estas posibilidades se alcanzan, el regreso o la permanencia en el campo ha dejado de ser una opción para las personas que mejoran sus condiciones de vida. Lo anterior en especial para las y los jóvenes, quienes encuentran en la ciudad oportunidades de educación que abren sus caminos a otras realidades.
Es fundamental que como Estado generemos las condiciones y desarrollemos acciones institucionales, que involucren a todo tipo de actores para motivar a las y los jóvenes a permanecer y volver al campo para aplicar los conocimientos adquiridos y las ideas innovadoras en la agricultura, en la búsqueda permanente de una agricultura con perspectiva agroecológica que permita adaptarse al cambio climático.
El rango etario de esta población ofrece un piso más favorable para enfrentar los desafíos antes indicados, así como su mayor mentalidad emprendedora, actitud positiva frente al riesgo, facilidad a la digitalización, valoración del medio ambiente, comprensión y aplicación de proceso de innovación tecnológica entre otros atributos.
Por eso es que desde Indap creemos que la integralidad y focalización en la entrega de los apoyos para las y los jóvenes es fundamental, de manera de hacer frente a los requerimientos de la población rural joven y permitir su permanencia en los territorios rurales; y teniendo en especial consideración de que sus condiciones son muy diferentes a las que tuvieron sus madres y padres, con un mejor acceso la educación, servicios y posibilidades de desarrollo.
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