El litio ¿nuevo mineral clave para Chile?

Cuando se estudia la historia de Chile, observamos que los minerales -tanto metálicos como no metálicos- siempre han marcado las últimas centurias del Estado. Cuando un recién creado Chile independiente se quedó sin fondos, la plata de Chañarcillo significó mantener el erario nacional, financiando obras públicas variadas y pagando los estudios sobre el conocimiento del territorio nacional, encargado a los especialistas legados de Europa.

El salitre, a su vez, trajo consigo una serie de ingresos que se invirtieron, por ejemplo, en la extensa red de ferrocarriles. En ese momento era vital para las comunicaciones de un país largo y angosto, aunque generó una serie de consecuencias en torno a la cuestión social del centenario. El cobre, mientras tanto, ha sido el gran mineral generador de recursos de los siglos XX y XXI, donde convive la empresa estatal (Codelco) con la privada.

Ahora el litio se transformó en el tema de actualidad, ya que nuevamente abre enormes posibilidades para Chile. Sin embargo, las condiciones no son las mismas que hace un siglo, cuando se exportaba salitre, y generó altas expectativas e ingresos pues, el país era el gran productor mundial y las ganancias eran enormes para esa época.

El litio es diferente. Aunque es el mineral del siglo XXI, clave en el desarrollo de la electromovilidad y de las tecnologías verdes, hay diferentes competidores en otros países que lo están extrayendo, por lo que Chile no es el único vendiendo este producto. Otro punto para considerar es que, si bien, una de las reservas más grandes del planeta está en los salares del Norte Grande, ese territorio involucra a Bolivia y Argentina, que también lo están explotando. A su vez, debemos considerar que los países vecinos ya están haciendo negocios con China, por lo que Chile debería buscar otros mercados para encontrar compradores que estén trabajando estas nuevas tecnologías, como Japón o Corea del Sur.

Sin duda el litio es relevante, especialmente porque abre enormes expectativas sobre las posibilidades de usos y recursos que puede ofrecer. En esa línea, la Estrategia Nacional del Litio explica una serie de planes en torno al tema, pero al mismo tiempo abre interrogantes, además de las ya planteadas en los medios sobre el rol del Estado y de los privados. ¿Seguiremos siendo un país mono exportador de minerales? ¿Se invertirá en valor agregado para diferenciarnos del resto de productores? O incluso una duda mayor, ¿cuál será el destino de las ventas del litio chileno?

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