El poder de las alianzas para reducir la brecha digital y laboral de género

La 67ª sesión (celebrada en marzo de este año) de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), la mayor reunión anual de Naciones Unidas (ONU) dedicada a la igualdad de género y empoderamiento de las mujeres, concluyó con el reconocimiento del papel fundamental de la tecnología y la innovación para acelerar la igualdad de género, al mismo tiempo que "expresó su preocupación por los escasos avances en la reducción de la brecha de género en el acceso y el uso de las tecnologías, la conectividad, la alfabetización digital y la educación".

Una realidad que, obviamente, golpea a Chile. En julio de 2021, el gobierno de la época lanzó la "Política Nacional de Igualdad de Género para la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y la Alianza Regional para la Digitalización de las Mujeres en América Latina y el Caribe", la cual, entre otros varios objetivos, establece la necesidad de cerrar la brecha de género: "...en el acceso a la tecnología y competencias digitales". En la oportunidad se dieron a conocer datos reveladores, como por ejemplo que sólo "28% de las personas matriculadas en carreras vinculadas a Ciencias e Ingeniería, fue de mujeres [...]. Y la participación femenina en áreas TIC es de sólo un 5%".

El último Reporte Nacional Pulso Empleos Digitales 2021, elaborado por Sence, evidenció que aún continuaba esta baja participación de mujeres en perfiles de Tecnologías de la Información (TI), señalando que solo 16% de las mujeres trabaja en empleos relacionados con el área de las TI. Además, 70% de las empresas proyectaba contratar perfiles digitales durante 2022. Otros estudios advierten que los sectores económicos y productivos donde habrá mayor penetración de la robótica e Inteligencia Artificial (AI) serán, precisamente, en aquellos donde hay mayor número de mujeres trabajando. Por lo tanto, la reconversión laboral es de vital urgencia.

Es por esto la importancia de iniciativas como las que está llevando a cabo el programa Promueve Empleo Mujer, ejecutado por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), en conjunto con la Fundación Prodemu y con el financiamiento del gobierno regional de Santiago.

El objetivo general es fomentar la autonomía económica de las mujeres, a través de la promoción de la inserción laboral y fortalecimiento de los emprendimientos para así, ayudar a disminuir la brecha de género plasmada en la tasa de participación laboral de mujeres residentes en las 34 comunas de la Región Metropolitana (RM), especialmente mermada tras la crisis sanitaria que vivió el país y el mundo. Está dirigido a mujeres de comunas urbanas y rurales de la RM. Este proyecto fue reconocido en el ítem de Sostenibilidad y Escalamiento del Informe de Resultados de la Plataforma Digital Mujeres Emplea, pues escaló la experiencia piloto que, dentro de este programa de Naciones Unidas, se desplegó en tres comunas del país: San Pedro de Atacama, Renca y Padre de Las Casas. Mujeres Emplea, impulsada por el Sistema de Naciones Unidas de Chile, surgió como programa para enfrentar la crisis de empleabilidad de género, producida por la pandemia Covid-19 en Chile.

Por parte de la FEN-UAH, la ejecución del proyecto -encausada hacia 10 mil mujeres de comunas urbanas de la RM- comprende la promoción de herramientas para fomentar las habilidades digitales y competencias transversales para la empleabilidad y el emprendimiento. Contempla la realización de un diplomado en estas materias, cuya primera etapa se está ejecutando con más de 2.700 beneficiarias.

Estas experiencias demuestran que hacer un mejor Estado, requiere también de la colaboración de instituciones de la sociedad civil que colocan a disposición su autonomía, creatividad e innovación al servicio del bien común. Organismos internacionales también dan cuenta del poder de estas alianzas público-privadas para avanzar en equidad de género, con experiencias pilotos que luego escalan y que pueden terminar, incluso, con el diseño de innovadoras políticas públicas.

Las universidades con vocación pública gozan del principio de autogobierno, cualidad indispensable para desplegar sus virtudes en función, no sólo en la formación de futuros profesionales, sino también en la creación y transferencia de conocimientos que catalizan sociedades más justas e inclusivas.

Cuando entidades públicas otorgan la confianza a instituciones de educación superior para ejecutar proyectos que van en beneficio de la comunidad, lo hace porque está convencido de las capacidades y méritos de estas organizaciones. Que complementan, desde su especialización e innovación, al objetivo del Estado de procurar derechos y bienestar a las y los ciudadanos.

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