Empresas públicas en Chile: eficiencia y uso del gasto público

Chile cuenta hoy con 28 empresas públicas, de las cuales 20 fueron creadas mediante leyes específicas y 8 funcionan como sociedades del Estado. En comparación regional, el país se ubica en la parte baja del espectro latinoamericano: México registra 73 empresas públicas, Argentina 62, Brasil 38 y Perú 31.

La red chilena incluye 10 empresas portuarias, tres vinculadas a la defensa (Asmar, Enaer y Famae), tres en minería (Codelco, Enami y ENAP), una del sector financiero (BancoEstado), dos de transporte (Metro y EFE), una de infraestructura (Fondo de Infraestructura S.A.), una de comunicaciones (TVN) y siete de servicios, entre ellas Correos de Chile, Casa de Moneda y Zofri.

Entre 2017 y 2024, 10 de estas empresas acumularon pérdidas por $3.880.416 millones, concentradas en Metro (63%) y EFE (26%). En contraste, 18 compañías generaron utilidades por $8.538.980 millones, destacando BancoEstado (39%), Codelco (37%) y ENAP (16%) (Radiografía de Empresas Públicas - Apablaza y Ortiz, 2025, UDP).

La presencia del Estado en actividades empresariales suele justificarse por diversas razones: corregir fallas de mercado, asegurar bienes públicos, atender sectores con competencia limitada, generar externalidades positivas o resguardar intereses estratégicos. Durante la pandemia, por ejemplo, varias empresas públicas cumplieron funciones críticas que reforzaron su relevancia. Sin embargo, la administración de recursos que pertenecen a toda la ciudadanía exige eficiencia en la gestión y maximización del retorno social y financiero.

En el balance 2024, el resultado neto entre recursos fiscales entregados a las empresas públicas y los aportes de estas al Fisco fue positivo: $1.500.000 millones. Ese año, el Estado destinó $1.400.000 millones para cubrir pérdidas y realizar aportes de capital, donde Metro absorbió 31% del total. Por el lado de los ingresos, las empresas entregaron $2.900.000 millones, impulsados principalmente por Codelco (67%) y BancoEstado (27%).

Con las elecciones en marcha, se ha vuelto a instalar el debate sobre el alcance de la actividad empresarial del Estado. Algunas áreas muestran fundamentos sólidos: los puertos operan como monopolios naturales; Metro y EFE generan significativas externalidades sociales positivas; Codelco y BancoEstado aportan importantes recursos y las empresas de defensa responden a necesidades estratégicas.

Sin embargo, otras entidades, como Enami, Correos o Casa de Moneda, enfrentan mercados competitivos y presentan pérdidas recurrentes, lo que sugiere la necesidad de evaluar su pertinencia dentro del portafolio estatal.

Registremos que todas las empresas públicas tienen grandes desafíos de eficiencia, solo por el hecho de constituirse con recursos de todos los chilenos. En esta línea, las empresas portuarias deberían elevar su rentabilidad promedio -hoy cercana al 6% sobre patrimonio- sin perder competitividad logística. Metro y EFE, por su parte, requieren avanzar hacia una operación costo-eficiente que reduzca sus significativas pérdidas y priorice sus funciones esenciales.

En Chile tenemos más de 1.500.000 empresas activas, 1.300.000 de ellas son pymes y alrededor de 18.600 son grandes empresas. Con solo 28 empresas, el Estado chileno tiene una muy baja participación en la actividad empresarial y sus balances financieros son equilibrados.

"Tanto mercado como sea posible, tanto estado como sea necesario". Necesitamos del mercado y de empresas públicas, necesitamos del Estado. No necesitamos empresas ineficientes y que no cumplan claros objetivos. El desafío de las empresas públicas, del Estado en su conjunto y de los organismos de control, es profundizar la eficiencia, maximizar los resultados y de esta forma cuidar los recursos de todos los chilenos.

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