Los desafíos del Mercado Laboral v/s la Reforma Previsional de Piñera

Recién conocemos un análisis de la OCDE que indica que el 42% de los trabajadores y trabajadoras en Chile no tiene competencias básicas para la economía digital. Ocupamos en el ranking un lugar por debajo de países como Eslovenia (8,8%), Lituania (11,5%) o Turquía (39%). 

Otro dato relevante es que en las personas entre 55 y 65 años de edad este porcentaje sube a un ¡69,3%! 

Todos aquellos que no somos nativos en este mundo digital sabemos lo difícil que ha sido adaptarse a estas nuevas competencias, pero en los trabajos más precarios, donde hasta ahora no se necesitaban estas habilidades, es prácticamente imposible hacerlo pasado los 50 años de edad. 

A pesar de estos datos, el Gobierno nos presenta un proyecto de reforma previsional que no se hace cargo de las falencias de nuestro mercado laboral y, peor aún, pretende que las personas en edad de jubilar sigan trabajando por muchos años más.

La idea no sería errada si nuestro mercado laboral fuese competitivo como el de Holanda o Noruega, o como la República Checa y Estonia, pero en Chile, donde a los 40 años ya se considera que alguien es “viejo” para trabajar, ¿cómo puede insertarse una persona que además de la edad no tiene habilidades digitales?

Considerando este factor resulta una falacia anunciar que con dicho proyecto de ley se otorgará un bienestar económico para quienes ya se encuentran en edad de jubilar, si prolongan su vida laboral. 

El mencionado proyecto regula, entre otras cosas, un aumento de un 4% de las cotizaciones, que estará en régimen solo en el 2026 y respecto de las mejoras a la clase media, se establecen tres tipos de aportes, pero siempre y cuando se hayan cotizado 16 o más años para las mujeres o 22, o más años en el caso de los hombres, lo cual deja fuera a una enorme cantidad de trabajadores y trabajadoras, pues según datos de la Superintendencia de Pensiones el 51,2% de las mujeres pensionadas tiene más de 15 años de cotización y un 49,3% de los hombres pensionados tiene más de 20 años de cotizaciones. 

Resulta complejo de explicar el detalle de los aportes y en cuánto aumentarán realmente los montos de las pensiones, pero de lo informado  sobre esto me quedo con el resumen que entregó la Fundación Sol, en su estudio “Análisis Crítico de la Propuesta de Pensiones del Gobierno de Sebastián Piñera.

Dice que  “en el caso de los actuales pensionados, el aporte para la clase media tendrá un valor máximo de 1UF ($27.600) para las mujeres y de 0,8UF ($22.080) para los hombres, independientemente de la cantidad de años cotizados por sobre el umbral definido (16 y 22 años). Para optar al subsidio máximo, hombres y mujeres tendrán que tener más de 4 años cotizados sobre los umbrales respectivos, por tanto, sólo a partir del año 2024, las mujeres que coticen 21 o más años aumentarán 1UF su pensión y sólo a partir del año 2026, los hombres que coticen 27 o más años aumentarán 0,8UF su pensión.

En relación a los futuros pensionados, de acuerdo a los ejemplos analizados, se puede observar que en el año 2024 las mujeres que coticen 20 años, tendrían un aumento de su pensión de 1UF ($27.600 en moneda actual aproximadamente), aquellas que coticen 25 años, verán crecer su pensión en 2UF ($55.200) y aquellas que coticen 35 años incrementarán su pensión en 4UF ($110.400). Estos valores podrían incrementarse en 0,3 UF ($8.280) por cada año en que se postergue la edad de retiro. Por ejemplo, una mujer que haya cotizado 25 años y extienda 3 años su edad de jubilación, verá aumentar su pensión en 2,9UF ($80.040).

Es decir, con la reforma previsional que propone el gobierno estamos muy lejos de lograr que las personas que se encuentren pensionadas o que a futuro se pensionen y sigan trabajando más allá de la edad (60 años las mujeres y 65 los hombres), tengan un aumento sustancial de sus pensiones y eso, claro, es en el caso más optimista de que se trate de aquellos trabajadores o trabajadoras que pertenece al 30,7% que tiene entre 55 y 65 años de edad y cuenta con competencias básicas para la economía digital y que además, sea del grupo que integra el 51,2% de mujeres con más de 15 años de cotizaciones o del 49,3% de hombres con más de 20 años de cotizaciones.

¡Uf! ¡Parece una combinación de números para sacarse el Loto!  

Entonces, nos surge una gran contradicción, ¿nos alegramos porque la sobrevida vaya aumentando en el país o nos ponemos a llorar porque viviremos más para ser cada vez más pobres?

La respuesta es hacerse cargo, con un diagnóstico realista, de las necesidades previsionales y laborales del país y no con un populismo exacerbado y asumimos que es indispensable integrar a la reforma previsional un elemento básico de la seguridad social: la solidaridad.

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