A través de la lectura de cuentos y de compartir relatos, niñas y niños van desarrollando una conciencia fonológica, que constituye la toma de conciencia de los diferentes sonidos -fonemas- que forman las palabras. Este acercamiento les permitirá la interpretación de sonidos y ritmos, que contribuyen a articular palabras y también reconocerlas, entre otros aprendizajes.
Este contacto inicial de las infancias con los libros permite que desarrollen el lenguaje y la comunicación. Cuando leemos cuentos a niños y niñas les ayudamos a ampliar su vocabulario y aportamos, a que en el futuro posean una mejor comprensión de la sintaxis y la gramática.
Mediante la lectura, favorecemos el desarrollo de su imaginación, les permitimos viajar a lugares donde nunca han estado, a transportarse en el tiempo y el espacio a través de las palabras. Podemos invitarlos a soñar despiertos, vivir aventuras y construir universos que pueden visitar cada vez que deseen. No importa la edad que tengan, pueden ser bebés o tener 6 años, al leer en voz alta estaremos aportando a su desarrollo académico futuro, porque está comprobado que las personas que disfrutan de la lectura desde su primera infancia tendrán mejores habilidades de comprensión, escritura y vocabulario en su vida adulta.
De igual manera, un contexto familiar y social que promueva la lectura va de la mano del desarrollo del lenguaje oral y escrito. Una idea que es reafirmada por el estudio realizado por Ipsos sobre hábitos de lectura en Chile (2022), "cuando existen libros en el hogar, los niños y niñas los tienen a su alcance y son acordes a sus competencias lectoras, se propiciará la continuidad de ese niño o niña como futuro lector o lectora".
Asimismo, acercar los textos a la primera infancia fortalece el vínculo afectivo con las y los adultos, por ejemplo, el leer cuentos en voz alta puede ayudar a tranquilizarlos y a establecer una rutina reconfortante antes de dormir. Con el paso del tiempo, niños y niñas aprenderán a reconocer en la voz de los cuentos una figura de apego y bienestar, porque como nos recuerda Francesco Tonucci, "la lectura es un placer que se contagia, no se impone", y en este caso el contagio más efectivo es el que se produce a través de los afectos.
Por esto, la educación parvularia busca que la cotidianeidad de las infancias esté rodeada de lenguajes e historias. De esta manera, en las salas cuna y jardines infantiles de Fundación Integra, los equipos educativos favorecen la conexión diaria con la lectura, a través de ambientes enriquecidos, que contengan materiales educativos escritos, que estimulen la curiosidad de niños y niñas por conocer imágenes, letras, símbolos, colores, texturas, así como el significado de los mismos, tal como lo proponen las Bases Curriculares de la Educación Parvularia.
Quienes trabajamos en educación inicial estamos conscientes de que acercar a los niños/as a la lectura es una tarea necesaria, pues les permitirá construirse como ciudadanos/as y pavimentar el camino hacia aprendizajes futuros para crecer sin límites.
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