A 25 años de su establecimiento, la Organización Mundial del Comercio (OMC) se enfrenta a uno de los desafíos más importante de su historia. En un clima de pesimismo generalizado por la crisis del multilateralismo, debe afrontar la anticipada elección de un nuevo Director General, tras la renuncia del Roberto Azevedo.
La salida adelantada del brasileño generó la postulación de ocho candidatas y candidatos, entre los cuales destaca Yoo Myung-hee, actual ministra de Comercio de la República de Corea. Tras dos rondas de votación, compite por el cargo -que por primera será ocupado por una mujer - con la ex ministra de Finanzas de Nigeria, Ngozi Okonjo-Iweala.
Esta oportunidad ha sido tomada por Seúl como un elemento clave en su posicionamiento de potencia media responsable y de economía altamente desarrollada. No sólo porque se trate de una de las organizaciones clave del sistema internacional, sino también porque el rol de la OMC se ha vuelto cada vez más necesario en un contexto de pandemia y de recesión económica mundial pronta a instalarse, sumado a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la cual no muestra señales de terminar.
La propuesta de Yoo, quien cuenta con veinticinco años de carrera y fue la primera mujer en liderar la cartera ministerial de Comercio de su país, es demostrar que la OMC puede aprovechar los éxitos alcanzados para conseguir las reformas estructurales necesarias. Para ello, sin embargo, requiere del apoyo e impulso político de los miembros de la organización.
La ministra Yoo y su equipo negociador, incluyendo a la ministra de Asuntos Exteriores Kang Kyung-wha, han tenido reuniones con diversos países de la cuenca del Pacífico y de nuestra región. Entre ellos Perú, Paraguay y Chile, con los cuales ha discutido las propuestas programáticas de la candidata y solicitado apoyo. El pasado 24 de agosto, el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, Rodrigo Yáñez, se reunió en Seúl con la Ministra Yoo Myung-Hee para dialogar sobre las relaciones económicas y comerciales bilaterales.
Chile fue el primer país con el cual Corea firmó un Tratado de Libre Comercio, en 2003. Se trató, a su vez, del primer acuerdo comercial transpacífico. Desde entonces, los vínculos se han profundizado a través de programas de cooperación bilateral, en áreas como educación, cultura, salud y alimentos. A ellos se sumó el Acuerdo de Cooperación en Defensa, firmado en la última visita del Presidente Piñera a Corea, en 2019.
La renegociación y nueva etapa del TLC, iniciada en 2018 con la firma de los Términos de Referencia de la Negociación, permitirá dar mayor cabida en nuestra agenda bilateral a temas clave como derechos de propiedad intelectual, comercio electrónico, género, anticorrupción y cadenas globales de valor.
A ello se suma el interés por potenciar nuestros desafíos principales en materia comercial, como inversiones en infraestructura, ciberseguridad, transporte, comunicaciones y energías limpias, áreas en las que Corea se encuentra a la vanguardia a nivel mundial.
El apoyo de nuestro país a la candidatura coreana resulta coherente con la relación bilateral de casi seis décadas, los valores compartidos entre ambas naciones, así como con la necesidad de profundizar los vínculos chilenos con las economías de Asia Pacífico. Corea no sólo es uno de los principales socios comerciales de Chile, ubicándose en quinto lugar a nivel global y tercero en Asia Pacífico (después de China y Japón), sino que la agenda propuesta por la Ministra Yoo para la OMC es muy ventajosa para nuestros intereses comerciales, confluyendo ambos países en la idea de “resiliencia comercial”, mencionada tanto por el Subsecretario Yáñez en su última visita a Corea como por la Ministra Yoo, en su documento de presentación de candidatura.
Corea tiene la ventaja de poseer un perfil de mediador en temas internacionales y, por sus vínculos históricos, puede desarrollar aún más un rol facilitar en el diálogo entre Estados Unidos y China, permitiendo que la OMC reafirme este papel en el sistema multilateral de comercio. De ganar la elección, de acuerdo a lo que ha declarado Yoo, potenciará sus buenas relaciones con las potencias y redes de contactos políticos, cerrando "la brecha entre los miembros”.
La candidata coreana ha declarado querer servir como una facilitadora eficaz. Este rol facilitador y mediador será especialmente relevante para países en desarrollo.
En el caso de Chile, que ya cuenta con la confianza de Corea, su posible triunfo es una opción ganar-ganar, especialmente en un contexto de incertidumbre que llama incluso a la reforma de la OMC, cuyo propósito de garantizar el fluido flujo de bienes y servicios ha sido desafiado por la actual crisis mundial producida por la pandemia.
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