Diversidad y pluralismo para televidentes: polémica tardía y ridícula sobre el canal RT en Chile

Me refiero a una de las falsas polémicas que, con ribetes de escándalo e incluso con alcances casi riesgosos para la seguridad nacional del país, aparecen, de cuando en vez, tan propias de nuestro subdesarrollo cultural y político y de incomprensión elemental de nuestra necesaria inserción internacional, por parte de algunos dirigentes políticos y parlamentarios que, no sé en qué mundo viven realmente.

Pero sí logran, cada uno, su "gran" pequeño objetivo comunicacional: el hacer noticia con un punto de prensa, las más de las veces apresurado y mal argumentado, e inconsulto con sus mandantes de la soberanía popular que, los eligieron y supuestamente siguen representando. Por cierto, estos, en cualquier análisis, escrito o verbal, desde el título temático de lo que quieren abordar y/o denunciar, nominativamente, reflejan sus propósitos reales, siendo sus autores, ciertamente, desde sus legítimas y propias panorámicas analíticas, y de las cuales dimanan sus puntos de vista de base de otra polémica artificial, coyuntural y/o episódica.

Es de público conocimiento -estatal, cultural, gubernamental, institucional, legal, mediático, ministerial y societal- que el canal Russia Today, y su emisión RT en español, opera desde el 2009 en toda nuestra región latinoamericana y caribeña, y actualmente es accesible libre y voluntariamente en Chile, desde hace ya bastante tiempo, a través del canal 48 de la televisión de pago de Entel, sin ninguna censura ni restricción.

Y debe considerarse que Entel es el mayor proveedor de telefonía móvil en Chile -con 7,8 millones de abonados (34,5% del total en Chile)-, y en servicio de TV residencial también está entre los principales, desde Arica hasta Puerto Montt, exceptuando Rapa Nui. Por ende, por esos equipos móviles se puede acceder fácilmente al seguimiento de canales de noticias, entre ellos el cuestionado, hoy ya tardía y torpemente polemizado.

Además, RT está ya disponible en Chile en el proveedor televisivo Mundo Pacífico, en su canal 70. También, puede verse en 33 pequeños proveedores de TV paga, de cobertura local.

Creo que hay que salir al paso de la desinformación, tan dañina, cual metástasis cancerígena. Y actualmente RT en español tiene cobertura en 20 países de nuestra región, entre ellos 10 suramericanos, incluyendo los 3 vecinos limítrofes de Chile, ya sea por señal abierta, cable o satelital. Cuenta con 13 corresponsales residentes en 7 países de América Latina y el Caribe. Penosas censuras y prohibiciones de la Unión Europea (UE), y adoptadas por el Parlamento Europeo, y de otros países, son un real retroceso civilizatorio, de decadencia y languidez total, desde el punto de vista cultural, de derechos humanos, ético, histórico y valórico.

Obviamente, cualquier nueva señal televisiva puesta a disposición de los ciudadanos y las ciudadanas debe aplicar y cumplir con todos los requerimientos constitucionales, legales, normativos y reglamentarios, en la esfera de telecomunicaciones -y su institucionalidad-, de cada caso, en el país que se trate, para su emisión.

La definición contenida en el Artículo 1 de la ley Nº 18.838, en particular en sus párrafos 4°, 5° y 6°, publicada en el Diario Oficial el 30 de septiembre de 1989, que creó el Consejo Nacional de Televisión, más su última modificación del 14 de junio de 2024 (Ley N° 21.675), no es para discriminar, excluir y/o prejuiciar. Al contrario, es justamente para que nos acostumbremos, cultural e informativamente a la diversidad y el pluralismo en el mundo actual. Ni menos, es para crear unos absurdos fantasmas ni para infundir miedos y temores.

Los televidentes no deben ser insultados ni menospreciados: ellos y ellas deben y pueden decidir soberanamente que ver o que no, en un mundo interconectado, en que la llamada "gestión del conocimiento" -constituida ya en disciplina académica, en algunos países desarrollados- es, actualmente, un verdadero desafío, cotidiano y temporal, para que cada uno, en busca de información y noticias, pueda alcanzar, por "aproximaciones sucesivas" (Padre L.J. Lebret), el desarrollo económico y personal, junto con la verdad.

En suma, no se trata de esos títulos tan menguados, v.g., "El aterrizaje del canal de Putin..."; "El desembarco del canal ruso RT en Chile: ...". Felizmente, todavía no aparece uno con ¡"La invasión de Russia Today: ..."!

Finalmente, parece evidente que, una vez más, estaríamos ante otro caso de una enfermiza y majadera rusofobia, en la tercera década de este siglo XXI, la que ya resultará "rt": ridícula totalmente, sobre todo en un muy sui generis Chile -pretendidamente "europeo", pero algo autoaislado culturalmente, entre un océano y una cordillera-, estando en pleno año 2025.

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