¿Occidente vs. Palestina? una perenne disputa

El conflicto entre Palestina e Israel es lo que es, en parte, por los intereses nacionales-supranacionales que lo contienen. Esto es, Israel apoyado por EE.UU. y parte importante de la Unión Europea, y Palestina apoyada en parte importante por los países del Medio Oriente, como también por Rusia (con su propio conflicto con Ucrania) y China, que con su agenda global referida a la iniciativa de la Ruta y la Franja (entre otras), buscaría la estabilidad internacional requerida para la concreción de la misma. Ambos apoyos con sus propios artefactos supranacionales brindándoles discursos y materialidades funcionales a sus propios intereses.

Desde una perspectiva global se podría indicar que, en este escalamiento de violencia, se le recuerda al mundo que existe una siguiente fractura global desde lo político, ideológico y cultural que no sólo es presente, sino que también proyectable para mucho tiempo más. La otra fractura muy evidente es la referida a la conflictividad vivenciada entre Rusia y Ucrania, la cual podría ser entendida como el encuentro entre Occidente y Oriente, mientras que ésta es de Occidente y Medio Oriente. No hay que olvidar que el grupo extremista islámico Hamas tiene control político sobre el territorio de Gaza, perpetrando desde ahí el ataque, pudiéndose así interpretar el escalamiento del conflicto entre Israel vs. Hamas, sin embargo, es insoslayable no tener la mirada de conjunto que implica la relación dicotómica y conflictiva de Palestina vs. Israel.

En esta fractura consignada, la evolución de la violencia tuvo, tiene y tendrá como telón de fondo un aspecto particularísimo, como es este momento de la historia. Medio Oriente representa un soporte del capitalismo global insoslayable gracias a sus importantísimas reservas energéticas petroleras, cuestión muy bien leída en época de los imperialismos decimonónicos proyectados con énfasis profundos y complejos durante el siglo XX en la combinación de procesos de independencia y aplicación de nuevas fórmulas de 'dependencia-interdependencia' de este espacio geográfico, respecto de los centralistas, poderosos y desarrollados como son EE.UU., Europa y China (como se observa en su desplazamiento, por estos días-años últimos); y Primera y Segunda Guerra Mundial, en cuanto procesos de realineamientos de poder global, más lo que implicó la Guerra Fría, determinaron el trato de esta territorialidad, hoy signada por lo que se podría indicar un "algoritmo geopolítico conflictivo regular".

En ese contexto, se podría indicar, utilizando recursos semánticos ad hoc, que Israel es el portaviones de Occidente, mientras Palestina es la bahía que resiste las embestidas del portaviones y diversas síntesis globales-capitalistas demandantes del recurso natural petrolero. La NO configuración de Palestina en un Estado Nacional en forma (hace varios años, refrendado, además por la ONU), inclusive en la fragmentación territorial en la que se encuentra respecto de Cisjordania y la Franja de Gaza (qué decir de Jerusalén), es el gran acierto geopolítico logrado por intereses diversos, permitiendo, además un sistemático asedio al ordenamiento interno palestino vía política de asentamientos israelíes y otras acciones que a la postre permiten fortalecimiento israelí-occidental vs. debilitamiento palestino-medio oriental.

Como se ha constatado, Palestina y sus grupos internos, más sus apoyos, tuvieron y tienen posiciones encontradas a este respecto. Hamas, contrario a la Autoridad Nacional Palestina, no reconoce a Israel como Estado.

Hay que convenir que en estos días algunas organizaciones políticas, por lo menos en Medio Oriente, obvian los Estados Nacionales para perpetrar actos de barbarie como los presenciados hace unos días desde el grupo radical Hamas sobre población civil israelí. Otras agrupaciones, vía una integración de variables provenientes desde las dimensiones étnicas, religiosas, territoriales y hasta nacionalistas, perpetraron acciones que relativizaron el poderío de EE.UU. y Europa por medio de actos denominados como terroristas, asertivamente concretados contra objetivos civiles, con impactos políticos globales (la Guerra contra el Terrorismo de los años 2010, entre otras). Estos grupos, conviven con la existencia de Estados Nacionales en forma en Medio Oriente e, igualmente, han operado, siendo observados críticamente en más de una oportunidad, por quienes se sienten afectados, en cuanto no harían todo lo posible por desbaratarlos (de ahí es que se les entendería como fallidos).

¿A caso el postergado reconocimiento de un Estado Nacional Palestino habría contribuido en algo a una "otra" configuración del conflicto permanente en dicha región que permitiera más humanización, no sólo en la región, sino que también a escala global?

La pregunta, se cree pertinente, en el entendido del realismo que comporta la misma, en contexto de una política mundial-internacional, pero también desde el capitalismo global, que con más o menos crisis busca que su productividad en acumulación y división internacional del trabajo se mantenga favorable en su replicabilidad constante. Por otra parte, la región (Medio Oriente), puede entenderse desde una perspectiva temporal, regularmente en conflicto, dado que en siglos se han formalizado sistemas de organización política-cultural-étnica y económica en disputa, constatando en este espacio geográfico encuentros y desencuentros proyectados, además, en los imaginarios de las poblaciones.

Son espacios geográficos, entonces, que por dinámicas de las geografías económicas, de las poblaciones y políticas, entre otras, son portadores de una carga simbólica pasada que se proyecta hacia el futuro, haciendo en este tiempo presente dificultoso el 'mejor-resolver' este conflicto, más bien generando condiciones funcionales para su complejización; permitiendo así que intereses internacionales se solacen de los mismos para continuar capitalizando los recursos y entrenando fórmulas políticas y económicas positivas para ellos (sin perjuicio de las muertes que implica la población civil).

Ya lo indicó Robert Kaplan en su texto la "La Venganza de la Geografía" (también otros), más allá y junto con las innovaciones tecnológicas en armamentos de todo tipo, conectividades ciber-náuticas diversas para transmitir uno u otro mensaje, existen espacios geográficos que se encuentran, cual algoritmo, influenciados de dinámicas conflictivas en cuanto los intereses que confluyeron, confluyen y confluirán en los mismos en las combinaciones que los tiempos permitan. ¿Es determinismo geográfico? Kaplan indica que no, sólo es un llamado de atención para no despreciar esta variable en el ánimo de entender el presente y prospectar el futuro y resolver, finalmente, un conflicto contemporáneo que lleva muchas muertes a su a ver, obligando, inclusive al secretario general de la ONU a afirmar que, con la actitud ahora de Israel (bombardeos sistemáticos sobre Gaza), la vulneración del derecho internacional humanitario es una evidencia.

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