El próximo 11 de marzo las chilenas seremos más en el Congreso Nacional. En los escaños, 37 diputadas y 10 senadoras representarán a las mujeres de nuestro país, influyendo y tomando posiciones en temas que hasta ahora eran abordados por un porcentaje altísimo de hombres, en un país en el que más del 50% de la población es mujer.
Este nuevo escenario, posible gracias a la Ley de Cuotas, promulgada por la Presidenta Michelle Bachelet, como parte de la modificación del sistema electoral de nuestro país, es crucial y nadie podría negar su impacto: más mujeres decidiendo e incidiendo en los destinos del país.
La implementación de la Ley de Despenalización del aborto voluntario en tres causales, marca un punto de inflexión en la capacidad de la sociedad civil de empujar proyectos, exigir y ejecutar un control ciudadano en torno a demandas básicas, que sitúan a la mujer como sujeta de derechos, partiendo por su propio cuerpo y las definiciones personales en torno a su vida y su futuro.
La creación del ministerio de la Mujer y la Equidad de Género; el fin del embarazo como preexistencia en las Isapres; la ley que modifica la jornada, descanso y composición de la remuneración de las trabajadoras de casa particular; el derecho de los padres para alimentar a sus hijos menores de dos años, que apunta a nivelar y compartir la responsabilidad de la crianza, son logros que reflejan una intención política para transformar la realidad de las mujeres.
Las mujeres del Chile de hoy, empoderadas y conscientes de sus derechos, quieren más y exigirán más. Y eso es un dato importante a tener en cuenta para las nuevas autoridades que asumirán el gobierno y también para los parlamentarios/as, que tienen que legislar en un nuevo Chile, diverso y con demandas inclusivas.
Los procesos de cambio y los avances en materia de género que se han desarrollado en este gobierno nos obligan a no bajar la guardia. Es por ello que se requiere una sociedad civil articulada y empoderada que exija no solo continuidad, si no que la profundización de los cambios para seguir avanzando en igualdad de género y en combatir la discriminación en todas sus formas.
Fundación PRODEMU seguirá enarbolando las banderas por la igualdad de derechos, la autonomía física y económica y la participación política de las mujeres, con un enfoque feminista y democrático. Esta tarea es imprescindible y necesaria y es por ello que se debe potenciar la participación y los espacios de diálogo en todos los niveles.
Con orgullo cerramos este período histórico de logros para las mujeres, pero también señalamos los desafíos que tenemos por delante, como el perfeccionamiento de la ley de violencia de género, la regulación del acoso sexual callejero; la tramitación de Ley Antonia, que busca tipificar como delito la violencia en el pololeo, y la eliminación de la inmensa brecha salarial entre los más importantes.
Queda mucho camino por recorrer y el llamado es a defender las conquistas y “correr el cerco”, para avanzar hacia la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, abriendo más espacios, confiando en nuestras capacidades y manteniendo la conexión con una ciudadanía cada día más activa, exigente e involucrada en los procesos de cambio que harán de Chile un mejor país, más justo e igualitario.
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