Barrios verticales, la vida entre los edificios

Ismael Calderón Larach
Ultimos publicados:

Viernes por la tarde y como miles de los que vivimos en la comuna capital de Chile, volvemos a nuestras casas o departamentos. Afuera, en el camino a casa, nos topamos con veredas angostas, calles congestionadas de autos que abandonan el centro y muy, muy escasos, espacios públicos o áreas verdes disponibles.

Simultáneamente empiezan a llenarse las salas de eventos y gimnasios de los edificios, la mayoría ubicados en los primeros pisos,y los más recientes ubicados en las azoteas aprovechando mejor el sol y la vista sobre la gran ciudad y la cordillera. Estos son los lugares disponibles en un centro poblado de grandes torres de vivienda que no cuentan con espacios públicos adecuados en el primer nivel de la ciudad. En lugar de ellos, aquí debiera haber calles amplias, con veredas de calidad, plazas con equipamientos soleadas y sombreadas, o parques accesibles y profundos.

Así son los nuevos barrios verticales que nos ofrece la industria inmobiliaria. Hay urbanistas mercenarios que celebraron este crecimiento desequilibrado como un “infilling” virtuoso y ahora descubren sus peligros y amenazas.Hay alcaldes que no han hecho nada para detenerlo en comunas vecinas como Estación Central o Ñuñoa. Los más perjudicados serán los propios vecinos y compradores en esos proyectos de vivienda, mejor localizada, pero con espacios públicos y comunes paupérrimos.

JanGehl, el urbanista danés más solicitado por los gobiernos de ciudades en el mundo entero,describe los vinculos necesarios para los distintos tipos de espacios públicos o comunes que dejan transcurrir la vida entre los edificios, los que van desde contactos intensos de amistad hasta la intensidad mínima de contactos casuales o pasivos. Y es que las necesidades de interaccion social en los espacios públicos son múltiples y con muchas consecuencias para los vecinos de una comunidad, y lo más importante, es que impactan directamente en el tipo de convivencia que pueden tener entre ellos.

Para poder convivirdentro de un edificio tambien es preciso hacerlo “entre” los edificios, nos dice Genaro Cuadros de la Universidad Diego Portales.Es decir, las relaciones sociales deben ocurrir en espacios definidos, al mismo tiempo que disponibles para todos,con apego a ciertas reglas comunes de convivencia, tanto dentro de los edificios como fuera, entre ellos.

Por eso no podemos conformarnos con las salas comunitarias de cada edificio, que son básicamente para adultos, donde los niños, por ejemplo, no tienen espacio ni prioridad, generando usos híbridos de los pasillos.

Estas salas de eventos, además, se encuentran aisladas entre sí; nospermiten aislar “puertas adentro”las molestias internas de los ruidos, pero no generar vínculos de convivencia. Entre cada azotea hay un abismo de 27 pisos, que separan la posibilidad de hacer contacto, interactuar y conocerse, pero, al mismo tiempo, pocos metros de distancia entre las ventanas y balcones de unos con otros.

Proveer espacios públicos que permitan desarrollar interacciones intensas y leves; estables y pasajeras; internas y externas a la comunidad, son una responsabilidad pública.

Estas situaciones, que para algunos son detalles irrelevantes de la vida cotidiana, tienen, sin embargo, un impacto profundo en la vida de las personas.

Un déficit de experiencias y prácticas sociales en el espacio público y los espacios privados de uso común de comunidades e individuos, afecta de manera significativa no sólo la vida personal y hogareña, sino también la convivencia pública y social.

Nos queda como herencia, para el futuro, la solución de estos problemas y los conflictos que una alta densidad desequilibrada genera,empobreciendo  a nuestros nuevos residentes y su calidad de vida.Para mí, este es nuestro desafío durante los años que vienen.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado