Chile está mal y no va en el camino correcto

“Chile está mal y no va en el camino correcto. Hay dos países: uno con muchos recursos y otro sufriendo para parar la olla (ganarse la vida)"

Cuando leo en www.cooperativa.cl esta visión de Andrés Zahler, economista, investigador, encuentro un vínculo sustantivo con la movilización social que protagonizan estudiantes medios y de la educación superior.

Hace rato que los más pobres reciben la peor educación y la cadena se extiende al tercer nivel de enseñanza donde al final de una carrera el patrimonio de un estudiante podría verse afectado en 20 o 25 millones de pesos.(entre lo que pagó y lo que está debiendo).

Hace falta una respuesta del gobierno acorde con las demandas y evitar la dilación, que busca el agotamiento del reclamo ciudadano.

¿Cómo se conjuga la actitud del ejecutivo con la realidad?

Roberto Méndez, de Adimark, director del Banco Santander, nos dice: “el discurso económico exitista del Gobierno es ofensivo y agresivo para el grupo más pobre”.

En suma el crecimiento de Chile favorece claramente a un sector reducido, pero perjudica a la gran mayoría de los chilenos. Alzas básica del metro 32%, 17% en el precio del pan, 52% en los limones, 23% en la carne de vacuno, pescados, verduras, sobre el 10%.

Si a esto sumamos la desconfianza general por el escándalo de La Polar y observamos la discusión del salario mínimo, donde estalla otro conflicto por 2.500 pesos, el escenario es confuso, errático. La paz social no se alcanza con represión policial. Se logra con políticas públicas con sentido de país, no para grupos privilegiados.

Quizás sirva para la reflexión:

"...Cuenta una antigua alegoría judía, que una vez un hombre muy rico fue a pedirle un consejo a un Rabino.

El Rabino le tomó de la mano, lo acercó a la ventana,
y le dijo "mira".

El rico miró por la ventana a la calle.

El Rabino le preguntó:

-¿Qué ves?

El hombre le respondió:

-"veo gente".

El Rabino volvió a tomarlo de la mano y lo llevó ante un espejo, y le dijo:

-¿Qué ves ahora?

El rico le respondió:

-Ahora me veo yo.

El Rabino le contestó:

-¿Entiendes? En la ventana hay vidrio y en el espejo hay vidrio.

Pero el vidrio del espejo tiene un poco de plata. Y cuando hay un poco de plata, uno deja de ver gente y comienza a verse sólo a sí mismo.

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