Detener y estabilizar la migración

La asociación que se ha hecho de la migración con el aumento de la criminalidad ha tenido graves consecuencias para el país. La migración de venezolanos y colombianos es cuestionada por amplios sectores de la población. El grueso de la masa migrante venezolana se ha desplazado a través de Bolivia y el foco de la atención pública se ha trasladado hacia el lejano Colchane: un pueblo fronterizo de 1.600 habitantes, situado en una meseta altiplánica que comparte con un poblado similar boliviano, a más de 3.700 metros de altura, y distante 237 kilómetros de la capital regional, Iquique.

El 3 de febrero de 2021, la autoridad comunal constató que más de 1.500 migrantes estaban pernoctado en las calles de la ciudad. Desde entonces no ha parado un incesante flujo bajo distintas modalidades, hasta que el Gobierno decidió desplazar al Ejército en el lugar. Éste ha abarcado el conjunto de la llamada macrozona norte del país, que abarca las regiones de Antofagasta, Tarapacá y Arica-Parinacota. Una frontera de 861 kilómetros con Bolivia y de 169 con Perú. Más de mil kilómetros abarca la zona sensible al fenómeno migratorio. Quizás hubiera sido conveniente nombrar un delegado presidencial en ese inmenso territorio.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, precisó el 15 de marzo de este año que hay más de 20.000 expulsiones administrativas de venezolanos que Chile no se han podido concretar, porque Venezuela no recibe vuelos contratados para devolverlos, y este trámite lleva meses por la falta de cooperación de ese gobierno.

El nuevo canciller, Alberto Van Klaveren, está enfrentando las realidades de la política exterior. Un realismo limitado a la cooperación de Bolivia convertido en un país de paso, -similar, aunque a otra escala, que México con EE.UU.- y Venezuela, país de origen, similar a la situación de África con la Unión Europea. Asistimos a la reemergencia de las relaciones vecinales como el núcleo duro de la diplomacia. Hasta hoy sigue en suspenso qué pasará con la otrora comunidad de países de América del Sur. Su nombre importa menos que la necesidad de reactivar un lugar de encuentro para tratar situaciones como la migración.

La revolución bolivariana ha expulsado a millones de sus compatriotas. La masividad del fenómeno y la similitud con la migración cubana de los años '60 parece obvia, sin que Chile pueda ser un país con capacidad para recibir a cientos de miles de venezolanos, como lo hizo USA en el estado de Florida, con consecuencias decisivas para el propio sistema político estadounidense.

Las amplias fronteras chilenas favorecen la migración subrepticia o la penetración de los migrantes por pasos ilegales. Existe una cantidad de pasos naturales no precisados que se contraponen a los pocos pasos oficiales que el país tiene disponibles en esa amplia zona del territorio. Cabe añadir que también existen los pasos temporales que son oficiales en el verano, pero quedan vulnerables con su cierre en el resto del año.

Colchane es una frontera dura debido a su geografía, sus oscilantes temperaturas y el llamado "mal de altura". El despliegue del Ejército en la comuna se hizo efectivo. Una foto mostró a soldados vigilando un descampado, en parte de la meseta altiplánica, a 4.000 metros de altura al cuidado de una línea imaginaria, con un brasero encendido que en la oscuridad de la noche, a kilómetros, indica su presencia.

La Corte Suprema, el 22 de marzo, confirmó la sentencia que ordenó entregar los antecedentes necesarios para tramitar solicitud de refugio político, y le dio al Servicio Nacional de Migraciones un plazo de 40 días para dictar instrucciones o crear un protocolo para que sus funcionarios tramiten adecuadamente este tipo de peticiones. Esto ha generado un compás de espera entre los migrantes y otro afán en el gobierno.

La preocupación general parece ser detener y estabilizar la migración antes que la sociedad chilena entre en pánico.

Aunque el Gobierno ha tomado importantes medidas, todavía se enfrenta a grandes desafíos: el resultado de la acción de los militares en frontera, la detención del flujo migratorio y la acción de los tribunales superiores, que buscan proteger a los ya ingresados, acrecentando los centros de refugio.

Probablemente la tarea más compleja será separar la asociación entre criminalidad y migración que está posicionada entre la ciudadanía, así como colaborar en que los lugares de asentamientos de los migrantes les permitan una mejor integración a la sociedad chilena.

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